Pediatra en casa es un recurso a la mano para ayudar a padres y madres en esa ardua tarea de mantener sano al nuevo bebe. Compartiremos temas de ayuda desde el momento de la concepcion , aclarar todas esas dudas relacionadas con alimentación y crecimiento adecuado a través de temas, preguntas y respuestas, talleres.
viernes, 31 de julio de 2015
"Cada órgano dañado responde a un sentimiento"
"Cada órgano dañado responde a un sentimiento"
Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica
Emociones
Las enfermedades son una tentativa de autocuración, una reacción biológica de supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con las emociones y los pensamientos. Junto al doctor Philippe Levy, Flèche creó nuevos protocolos para organizar un método de diagnóstico original emocional y una nueva forma de terapia breve que busca en las emociones el origen y la solución a las enfermedades. Tiene publicados 17 libros sobre la descodificación biológica, cuatro de ellos traducidos al español. El cuerpo como herramienta de curación (Obelisco) ha vendido tres ediciones
El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
Yo era enfermero en un hospital de Normandía y observe que pacientes con la misma enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de manera muy di#7;ferente.
Bueno, cada uno es cada cual...
Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución interior.
¿Eso es para usted la enfermedad?
Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su propia función, es decir, atrapar oxígeno, alimentos... Si el cuerpo quiere comer, pero en el exterior hay guerra y no lo consigue en un plazo razonable, se produce un shock.
¿Nace el conflicto?
Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma, que es una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a ese shock vivido. En ese caso, el miedo a morir de inanición atacaría el hígado.
Póngame otro ejemplo.
Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.
Pero tener prisa es psicológico.
Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica.
¿Y provoca un síntoma?
Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De manera que si escuchamos algo muy desagradable que nos afecta podemos tener acidez de estómago. Y hay algo muy importante que tener en cuenta.
Dígame.
El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea de un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En función del sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el escáner, a un órgano y a una realidad energética.
¿Realidad energética?
Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro niveles biológicos.
¿Y es irreversible?
Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles sanan simultáneamente. Una paciente tenía dolor en el hombro. "¿Desde cuándo?", le pregunté. "La primera vez estabas sola con mis hijos" "Si estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?" "Mi marido que nunca está, yo necesito estar arropada". Cuando lo reconoció, el dolor desapareció.
A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras necesidades fundamentales.
Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se libera en el exterior bajo una forma artística, a través de la palabra, el baile o los sueños... todo va bien. Cuando el acontecimiento no está expresado, queda impreso y el cuerpo será el último teatro de ese evento.
¿Todo conflicto provoca enfermedad?
No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.
¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo?
Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para las mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a problemas con los hijos y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y hombro derechos corresponden para las diestras a problemas con la pareja y viceversa.
¿Estómago e intestino?
No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene corresponde al duodeno y estómago. El colon corresponde a un conflicto asqueroso, podrido. En el recto están los problemas de identidad: "No me respetan y me dejan de lado". Los riñones es la pérdida de puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de desvalorización...
¿Lo adecuado para estar sano?
Revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son emociones procuradas: fútbol, cine... Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por dos.
La ira y la violencia se expresan a sus anchas.
Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su mujer. Cuando estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos con la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que tengo es miedo", su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo.
http://www.lavanguardia.com/lacontra/20110530/54163306905/cada-organo-danado-responde-a-un-sentimiento.html
jueves, 30 de julio de 2015
SHIATSU INFANTIL
SHIATSU INFANTIL
Es una técnica proveniente de Japón quemantiene que el cuerpo humano está surcado pordoce canales principales conductoresde la energía que conectan distintas partes del mismo,sistemas sensoriales, órganos y emociones y que se basa en la digitopresión. La energía vital, el ki, fluye a través de esos canales y enuna persona sana y que se encuentra bien lo hace sin problemas. En cambio, si tiene mucho estrés o está enferma, seestanca. El terapeuta toca con los dedos o las palmas determinados puntos deesos canales, conocidos como meridianos, para lograr equilibrar la energía yconseguir que esta fluya.
El SHIATSU viene a ser unrecurso conocido como “terapiasalternativas” o “complementarias”, como la fisioterapia respiratoria, el reiki o la quiropráctica, estáncada vez más de moda entre los padres que pretenden tratar a sus hijos conmétodos más “naturales”. Sus siglos de experiencia y lostestimonios de quienes las han empleado son su mejor aval.
Los masajes shiatsu sonuna excelente manera de estimular a los niños pequeños y bebés recién nacidos,pues restauran el equilibrio perdido tras el proceso del parto lo que facilita la transición desdeel interior del útero al exterior. Al hacerlo directamente sobre la piel condiferentes aceites esenciales (para no dañar su capa dérmica) suaviza laslíneas de energía y libera las zonas bloqueadas al hacer presión suavementesobre diferentes áreas del organismo.
Realizando masajes shiatsu a tu bebémejorarás el vínculo con él y además continuarás la estimulación que tu hijosentía dentro del útero. También promoverás y mantendrás en perfecto estado lasalud del bebé.
Los masajes shiatsu nosolo tonificarán la piel y los músculos, sino también promoverán el buenfuncionamiento de los órganos internos por medio de la estimulación dediferentes puntos de acupuntura. En conclusión, los masajes shiatsuson similares a la práctica de la acupuntura pero sin la utilización de agujas.
El masaje SHIATSU puede ayudar a tu bebécon los trastornos del sueño, para lograr que tu niño duerma más horas sininterrupciones y en el caso de denticiones difíciles y dolorosas. Además podrásayudarlo en caso de estreñimiento o dolorosos cólicos estomacales y también enlos problemas cutáneos como las erupciones y dermatitis.
También mejorarás el tono muscular y lasfunciones de las articulaciones previamente a que tu niño comience a sentarse,a gatear e inclusive a caminar.
Cuando los niños recibenmasaje, se sienten reconocidos y aceptados, y con ello aumenta la autoestima yla seguridad, al tiempo que se fortalecen los lazos afectivos, especialmentecuando son realizados por sus padres, con un sentimiento íntimamente profundo yverdadero.
Existen múltiples razonesy beneficios que le hacen ser un método confiable que contribuye al desarrollo,crecimiento y bienestar del niño, de una manera natural y segura.
Beneficios:Bienestar emocional
Crecimiento saludable
Buen desarrollo mental y cognitivo
Refuerzo de autoestima
Restauración del equilibrio y la fuerza vital del cuerpo locual contribuye a calmar el sistema nervioso
Refuerzo del sistema inmunológico
Alivio de padecimiento y dolores.
Refuerzo del sistema inmunológico
Alivio de padecimiento y dolores.
Dolencias comunes de la infancia que pueden tratarse con shiatsu: alergias, amigdalitis,enuresis nocturnas, estreñimiento, fiebre, gripe, insomnio, irritación, hipo,otitis, tos, vomito, asma, dolor de cabeza, irritación de la garganta, zumbidoen los oídos, congestión de las vías nasales, tortícolis, vértigo.
Como planificar una sesión deSHIATSU para mi bebe?
Una sesión de masajes shiatsu para bebés,dura entre 20 y 30 minutos y puede ser individual o grupal de hasta cinconiños. Este tipo de masajes puede comenzar a hacerse desde el primer día denacido y es mucho más efectivo en aquellos bebés que aún no gatean o searrastran.
Puede hacerlo el terapeuta entrenado o planificarel entrenamiento de sus padres para que puedan realizarlo en el hogar.
El Shiatsu también es un recurso terapéuticoen niños enfermos, se ha utilizado en pacientes en unidades de cuidadosintensivos para mejorar el estrés,dolor, así mismo se tiene experiencia en niños con trastornos de conducta.
Para lograr un mejor efectotranquilizante o aumentar la concentración en caso de niños escolares se asociael masaje con aceites esenciales potenciando de forma sinérgica ambosbeneficios
Antes de empezar una sesión de shiatsucon tu bebé debes relajarte y serenarte interiormente. Además, es necesario quetengas las manos calientes. Quítate el reloj y anillos para evitar heridas.
En cuanto a tu bebé, debe estar sano,comido y con el pañal limpio. Lo mejor es que le vistas con un body.
No debes practicar shiatsu es lassiguientes ocasiones:
· Si tu bebé no se siente bien.
· Después de una vacuna, espera un par de días.
· Si tiene fiebre.
· Si está muy cansado.
· Si ha perdido peso y no sabes por qué.
· Si tiene mucho frío.
· Si notas que no le gusta el shiatsu.
Busca en casa un rincón tranquilo parala sesión. Una habitación con una temperatura agradable, silenciosa y cómoda.No hace falta ni música ni velas aromáticas.
Necesitas una colchoneta, colchón omanta gruesa.
Busca el momento idóneo, por ejemplo porlas mañanas después del desayuno o antes de acostarlo y practica los ejercicioscada día a la misma hora.
Cuando todo esté listo, ya puedesempezar con los ejercicios adecuados para cada trimestre según la edad de tu pequeño.
martes, 28 de julio de 2015
Dengue Otros nombres: Fiebre hemorrágica del dengue
Dengue Otros nombres: Fiebre hemorrágica del dengue
Dengue
Otros nombres: Fiebre hemorrágica del dengue
El dengue es una infección causada por un virus. Usted puede infectarse si un mosquito infectado lo pica. El dengue no se transmite de persona a persona. Es común en las zonas cálidas y húmedas del mundo. Los brotes pueden ocurrir en las épocas de lluvia. El dengue es raro en los Estados Unidos.
Los síntomas incluyen fiebre alta, dolores de cabeza, dolor en las articulaciones y los músculos, vómitos y sarpullido. Algunas veces, el dengue se convierte en fiebre hemorrágica por dengue, que causa sangrado en la nariz, las encías o debajo de la piel. También puede convertirse en síndrome de shock por dengue que causa sangrado masivo. Estas formas de dengue ponen la vida en peligro.
No hay un tratamiento específico. La mayoría de las personas con dengue se recupera al cabo de dos semanas. Hasta entonces, ingerir abundantes líquidos, reposar y tomar medicamentos contra la fiebre, distintos a la aspirina, pueden ser de ayuda. Las personas con las formas más peligrosas de dengue generalmente necesitan ir al hospital y recibir líquidos.
Para disminuir el riesgo, cuando viaje a países donde hay dengue:
Protégete y protege a tu bebé del dengue
Evita las picadas de mosquito durante el embarazo para prevenir el dengue en tu bebé recién nacido
• El dengue se transmite por la picada del mosquito Aedes aegypti infectado por el virus.
• Una mujer embarazada infectada con dengue puede transmitir el virus al bebé en su vientre o a su bebé recién nacido. » Las consecuencias de una infección por el virus del dengue pueden incluir muerte del bebé en gestación, bajo peso del bebé al nacer y parto prematuro. » Si una mujer embarazada tiene dengue al momento del parto, su bebé puede contraer el dengue en las primeras dos semanas de vida.
• Para prevenir el dengue durante el embarazo: » Usa repelente de mosquitos que tenga hasta un 50% de DEET, picaridín, IR3535 o aceite de eucalipto limón durante el embarazo. Siempre lee y sigue las instrucciones del envase. » Viste ropa de algodón suelta que cubra tus brazos y piernas.
Protege a tu bebé contra el dengue. Los bebés de 4 a 12 meses de edad tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente de dengue
• Cubre su cuna, corral, coche y asiento de seguridad con un mosquitero todo el tiempo, de día y noche, tanto adentro como fuera del hogar.
• En bebés mayores de 2 meses de edad, usa repelente que tenga hasta un 30% de DEET, picaridín o IR3535. Ejemplos de productos con estos ingredientes son: Of!, Cutter, Skin So Soft Bug Guard Plus y Repel. Siempre lee y sigue las instrucciones en el envase.
• No uses repelentes en bebés menores de 2 meses de edad.
• Viste a tu bebé con ropa de algodón suelta que cubra sus brazos y piernas.
Cómo saber si tú tienes dengue El dengue comienza con los siguientes síntomas:
• Fiebre (de 38 grados Centígrados o 100.4 grados Fahrenheit o más).
• Dolor de cabeza fuerte.
• Dolor en los ojos, especialmente en la parte de atrás o al moverlos.
• Dolor en los músculos, las coyunturas y los huesos.
• Erupción de la piel (rash).
• Sangrado leve, especialmente en la nariz y las encías.
Es difícil reconocer los síntomas del dengue en un bebé. Pero, está pendiente de los siguientes signos en tu bebé:
• Fiebre (de 38 grados Centígrados o 100.4 grados Fahrenheit o más) O temperatura baja (por debajo de 36 grados Celsius o 96.8 grados Fahrenheit),
• Se torna irritable, demasiado agitado, soñoliento o no quiere comer,
• Erupción de la piel (rash).
Visita al médico inmediatamente si tú o tu bebé tiene cualquiera de los síntomas
anteriores Para más información sobre repelentes, comunícate con el Centro Nacional de Información sobre Pesticidas (NPIC, National Pesticide Information Center) llamando al 1-800-858-7378 o por Internet en http://npic.orst.edu/ Para información general sobre el dengue, comunícate con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) llamando al 1-800-232-4636.
Otros nombres: Fiebre hemorrágica del dengue
El dengue es una infección causada por un virus. Usted puede infectarse si un mosquito infectado lo pica. El dengue no se transmite de persona a persona. Es común en las zonas cálidas y húmedas del mundo. Los brotes pueden ocurrir en las épocas de lluvia. El dengue es raro en los Estados Unidos.
Los síntomas incluyen fiebre alta, dolores de cabeza, dolor en las articulaciones y los músculos, vómitos y sarpullido. Algunas veces, el dengue se convierte en fiebre hemorrágica por dengue, que causa sangrado en la nariz, las encías o debajo de la piel. También puede convertirse en síndrome de shock por dengue que causa sangrado masivo. Estas formas de dengue ponen la vida en peligro.
No hay un tratamiento específico. La mayoría de las personas con dengue se recupera al cabo de dos semanas. Hasta entonces, ingerir abundantes líquidos, reposar y tomar medicamentos contra la fiebre, distintos a la aspirina, pueden ser de ayuda. Las personas con las formas más peligrosas de dengue generalmente necesitan ir al hospital y recibir líquidos.
Para disminuir el riesgo, cuando viaje a países donde hay dengue:
- Utilice repelentes para insectos que tengan DEET
- Utilice ropa que le cubra los brazos, las piernas y los pies
- Cierre las puertas y ventanas que no tengan telas protectoras
Protégete y protege a tu bebé del dengue
Evita las picadas de mosquito durante el embarazo para prevenir el dengue en tu bebé recién nacido
• El dengue se transmite por la picada del mosquito Aedes aegypti infectado por el virus.
• Una mujer embarazada infectada con dengue puede transmitir el virus al bebé en su vientre o a su bebé recién nacido. » Las consecuencias de una infección por el virus del dengue pueden incluir muerte del bebé en gestación, bajo peso del bebé al nacer y parto prematuro. » Si una mujer embarazada tiene dengue al momento del parto, su bebé puede contraer el dengue en las primeras dos semanas de vida.
• Para prevenir el dengue durante el embarazo: » Usa repelente de mosquitos que tenga hasta un 50% de DEET, picaridín, IR3535 o aceite de eucalipto limón durante el embarazo. Siempre lee y sigue las instrucciones del envase. » Viste ropa de algodón suelta que cubra tus brazos y piernas.
Protege a tu bebé contra el dengue. Los bebés de 4 a 12 meses de edad tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente de dengue
• Cubre su cuna, corral, coche y asiento de seguridad con un mosquitero todo el tiempo, de día y noche, tanto adentro como fuera del hogar.
• En bebés mayores de 2 meses de edad, usa repelente que tenga hasta un 30% de DEET, picaridín o IR3535. Ejemplos de productos con estos ingredientes son: Of!, Cutter, Skin So Soft Bug Guard Plus y Repel. Siempre lee y sigue las instrucciones en el envase.
• No uses repelentes en bebés menores de 2 meses de edad.
• Viste a tu bebé con ropa de algodón suelta que cubra sus brazos y piernas.
Cómo saber si tú tienes dengue El dengue comienza con los siguientes síntomas:
• Fiebre (de 38 grados Centígrados o 100.4 grados Fahrenheit o más).
• Dolor de cabeza fuerte.
• Dolor en los ojos, especialmente en la parte de atrás o al moverlos.
• Dolor en los músculos, las coyunturas y los huesos.
• Erupción de la piel (rash).
• Sangrado leve, especialmente en la nariz y las encías.
Es difícil reconocer los síntomas del dengue en un bebé. Pero, está pendiente de los siguientes signos en tu bebé:
• Fiebre (de 38 grados Centígrados o 100.4 grados Fahrenheit o más) O temperatura baja (por debajo de 36 grados Celsius o 96.8 grados Fahrenheit),
• Se torna irritable, demasiado agitado, soñoliento o no quiere comer,
• Erupción de la piel (rash).
Visita al médico inmediatamente si tú o tu bebé tiene cualquiera de los síntomas
anteriores Para más información sobre repelentes, comunícate con el Centro Nacional de Información sobre Pesticidas (NPIC, National Pesticide Information Center) llamando al 1-800-858-7378 o por Internet en http://npic.orst.edu/ Para información general sobre el dengue, comunícate con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) llamando al 1-800-232-4636.
lunes, 27 de julio de 2015
FIEBRE EN PEDIATRIA
¿Qué es la fiebre?
La fiebre se produce cuando el “termostato” interno del cuerpo aumenta la temperatura corporal por encima de su nivel normal. Este termostato se encuentra en la parte del cerebro denominada hipotálamo. El hipotálamo sabe qué temperatura debe tener el cuerpo (en general, alrededor de los 98,6 grados Fahrenheit o 37 grados centígrados) y envía mensajes al cuerpo para mantenerla así.
La temperatura corporal de la mayoría de las personas varía incluso un poco a lo largo del día: suele ser un poco más baja por la mañana y un poco más alta por la tarde, y puede fluctuar cuando los niños corretean, juegan y hacen ejercicio.
No obstante, a veces, el hipotálamo “reajusta” el cuerpo a una temperatura más alta como respuesta a una infección, enfermedad o algún otro motivo. Entonces, ¿por qué el hipotálamo ordena al cuerpo que varíe la temperatura? Los investigadores creen que el aumento de la temperatura es la forma que tiene el cuerpo de combatir los gérmenes que causan infecciones y de hacer que el cuerpo sea un lugar menos agradable para ellos.
¿Qué causa la fiebre?
Es importante recordar que la fiebre en sí no es una enfermedad; la mayoría de las veces es síntoma de un problema subyacente. Las causas potenciales de la fiebre son las siguientes:
Infección: La mayoría de las fiebres se deben a una infección u otra enfermedad. Al estimular los mecanismos naturales de defensa, la fiebre ayuda al cuerpo a combatir las infecciones.
Exceso de ropa: Los bebés, en especial los recién nacidos, pueden tener fiebre si están demasiado abrigados o se encuentran en un ambiente caluroso, porque no son capaces de regular su temperatura corporal. Sin embargo, debido a que la fiebre puede ser indicio de una infección grave en los recién nacidos, incluso los bebés que han sido abrigados en exceso deben ser examinados por un médico si tienen fiebre.
Inmunizaciones: Los bebés y los niños pueden presentar algo de fiebre después de haber sido vacunados.
Aunque la dentición puede provocar un leve aumento de la temperatura corporal, es poco probable que sea la causa de que la temperatura de su hijo esté por encima de los 100 grados Fahrenheit (37,8 grados centígrados).
¿Cuándo la fiebre es síntoma de algo grave?
En el pasado, los médicos aconsejaban tratar la fiebre sólo en función de la temperatura. Pero ahora recomiendan tener en cuenta tanto la temperatura como el estado general del niño.
Los niños con una temperatura inferior a los 102 grados Fahrenheit (38,9 grados centígrados) no suelen necesitar medicación, a menos que se sientan molestos. Esta regla conlleva una importante excepción: si su bebé tiene 3 meses o menos y su temperatura rectal es de 100,4 grados Fahrenheit (38 grados centígrados) o más alta, llame al pediatra o acuda a la sala de urgencias. Incluso una fiebre leve puede ser síntoma de una posible infección grave en bebés muy pequeños.
Si su hijo de entre 3 meses y 3 años tiene una fiebre de 102,2° Fahrenheit (39 grados centígrados) o más alta, llame al médico para corroborar si necesita que este profesional lo examine. En niños mayores, tenga en cuenta el comportamiento y nivel de actividad física. Al observar el comportamiento de su hijo, puede tener una idea de si la causa de la fiebre es una enfermedad de poca importancia o si necesita acudir a un médico.
Es probable que la enfermedad no sea grave si su hijo presenta estas características:
sigue queriendo jugar
come y bebe bien
está alerta y sonríe
tiene la piel de color normal
tiene buen aspecto cuando le baja la temperatura
Y no se preocupe demasiado por un niño con fiebre que no quiere comer. Eso es común en infecciones que producen fiebre. Si el niño sigue bebiendo líquidos y orina normalmente, el hecho de que coma menos de lo habitual no es un problema.
¿Cómo sé si mi hijo tiene fiebre?
Con un termómetro fiable, puede saber si su hijo tiene fiebre cuando su temperatura esté en alguno de los siguientes niveles:
100,4 grados Fahrenheit (38 grados centígrados) medidos rectalmente (en el recto)
99,5 grados Fahrenheit (37,5 grados centígrados) medidos oralmente (en la boca)
99 grados Fahrenheit (37,2 grados centígrados) medidos en la axila (bajo el brazo)
Pero el nivel de fiebre no es un muy buen indicador de cuán enfermo está su hijo. Un simple resfriado u otra infección viral pueden producir una fiebre bastante alta (entre los 102 y 104 grados Fahrenheit o de 38,9 a 40 grados centígrados), pero no suelen ser indicio de que el problema sea grave. Y las infecciones graves pueden no producir fiebre o incluso disminuir la temperatura corporal de modo anormal, sobre todo en niños pequeños.
Puesto que la fiebre puede subir y bajar, un niño con fiebre puede tener escalofríos cuando la temperatura corporal comienza a subir y el cuerpo intenta generar más calor. Quizás el niño sude cuando la temperatura comienza a bajar y el cuerpo libera el calor extra.
A veces, los niños con fiebre pueden respirar más rápido de lo normal y tener un ritmo cardíaco más elevado. Debería llamar al pediatra si su hijo tiene dificultad para respirar, o respira mucho más rápido de lo normal, o sigue respirando rápido cuando le baja la fiebre.
Distintos tipos de termómetros
Los termómetros digitales suelen medir la temperatura de manera más rápida y precisa. Vienen en muchos tamaños y formas, y están disponibles en la mayoría de los supermercados y farmacias, a varios precios. Aunque debería leer las instrucciones del fabricante a fin de determinar los métodos para los que está diseñado el termómetro, muchos termómetros digitales se usan para las siguientes modalidades de medición de temperatura:
oral (en la boca)
rectal (en el recto)
axilar (bajo el brazo)
Los termómetros digitales suelen tener una sonda flexible de plástico con un sensor de temperatura en un extremo y un indicador digital fácil de leer en el otro.
Los termómetros electrónicos de oído miden la temperatura timpánica: la temperatura en el interior del conducto auditivo. Aunque son rápidos, precisos y fáciles de usar en niños mayores, los termómetros electrónicos de oído no resultan tan exactos como los digitales cuando se usan en bebés de menos de 3 meses, y son más caros.
Los termómetros para la frente también pueden indicar si su hijo tiene fiebre, pero no son tan precisos como los digitales que toman la temperatura oral o rectal.
Los termómetros de mercurio se usaban con frecuencia, pero la Academia Americana de Pediatría (AAP por su sigla en inglés) aconseja no utilizarlos por miedo a una posible exposición al mercurio, que es una toxina ambiental. (Si aún tiene un termómetro de mercurio, no lo tire a la basura porque el mercurio puede filtrarse. Pregunte al pediatra o al departamento de sanidad local cómo y dónde puede deshacerse de su termómetro de mercurio).
Si su hijo es menor de 3 meses, usted obtendrá datos más precisos si mide la temperatura rectal con un termómetro digital. Los termómetros electrónicos de oído no son recomendables para bebés menores de 3 meses porque sus conductos auditivos suelen ser demasiado pequeños.
Si su hijo tiene entre 3 meses y 4 años, usted puede utilizar un termómetro digital para medir la temperatura rectal o un termómetro electrónico de oído para medir la temperatura en el interior del conducto auditivo. También podría utilizar un termómetro digital para medir la temperatura axilar, aunque este método es menos preciso.
Si su hijo tiene más de 4 años, usted puede utilizar un termómetro digital para medir la temperatura oral si su hijo coopera. Sin embargo, es posible que los niños que tosen con frecuencia o respiran por la boca porque tienen la nariz congestionada no sean capaces de mantener la boca cerrada el tiempo necesario para realizar una lectura oral exacta. En estos casos, puede usar el método timpánico (con un termómetro electrónico de oído) o el método axilar (con un termómetro digital).
Cómo ayudar a que su hijo se sienta mejor
Como ya dijimos, no todos los cuadros de fiebre requieren tratamiento. Y, en la mayoría de los casos, la fiebre sólo debe tratarse si causa malestar a su hijo. Éstos son algunos consejos para aliviar los síntomas que suelen acompañar la fiebre:
Si su hijo está irritable o parece molesto, puede darle acetaminofeno o ibuprofeno según las recomendaciones que figuran en el envase de acuerdo con la edad o el peso. Si no sabe cuál es la dosis recomendada o si su hijo es menor de 2 años, llame al pediatra para averiguar qué cantidad debe darle. Recuerde que los medicamentos para la fiebre bajarán temporalmente la temperatura, pero no harán que vuelva a la normalidad; y no curarán la causa subyacente de la fiebre. (Nunca le dé aspirina a un niño porque esta droga está asociada al síndrome de Reye, una enfermedad poco común pero potencialmente mortal). Los bebés menores de 2 meses no deben recibir ninguna medicación para la fiebre sin la correspondiente evaluación de un médico. Si su hijo tiene algún problema de salud, consulte al pediatra para que le diga cuál es el mejor medicamento que puede darle.
Bañe a su hijo con una esponja para que se sienta más cómodo y para ayudar a que le baje la fiebre. Utilice sólo agua tibia; el agua fría puede causar escalofríos, lo que suele aumentar la temperatura corporal. Nunca use alcohol (puede producir una intoxicación cuando la piel lo absorbe) o bolsas de hielo/baños fríos (pueden causar escalofríos, que aumentan la temperatura corporal).
Vista a su hijo con ropa ligera y cúbralo con una sábana o una manta liviana. El exceso de ropa y abrigo puede evitar que el calor corporal se libere y provocar un aumento de temperatura.
Asegúrese de que la temperatura de la habitación de su hijo sea placentera: ni muy caliente ni muy fría.
Dé a su hijo mucho líquido para evitar la deshidratación; la fiebre provoca una rápida pérdida de líquidos. El agua, la sopa, las paletas heladas y la gelatina de sabores son buenas opciones. Evite las bebidas con cafeína, incluidos las gaseosas y el té, porque pueden aumentar la producción de orina.
Si su hijo también tiene vómitos y/o diarrea, pregunte al pediatra si debe darle alguna solución hidratante especial para niños. Puede encontrar esta solución en farmacias y supermercados. No le dé bebidas energéticas; no están pensadas para niños pequeños, y los azúcares añadidos pueden empeorar la diarrea. Asimismo, limite el consumo de frutas y jugos de manzana.
En general, deje que su hijo coma lo que quiera (en cantidades razonables), pero no lo obligue a comer si no tiene ganas.
Asegúrese de que su hijo descanse mucho. No es necesario que pase todo el día en la cama, pero un niño enfermo debería tomarse las cosas con calma.
Es mejor que el niño no vaya a la escuela o a la guardería si tiene fiebre. La mayoría de los médicos creen que se puede volver a la escuela cuando la temperatura ha sido normal durante 24 horas.
¿Cuándo debería llamar al pediatra?
La temperatura exacta que debería motivar una llamada al médico depende de la edad del niño, la enfermedad y si el niño presenta otros síntomas además de la fiebre.
Llame al pediatra en los siguientes casos:
si tiene un bebé menor de 3 meses con una temperatura de 100,4 grados Fahrenheit (38 grados centígrados) o más
si tiene un niño mayor con una temperatura superior a los 102,2 grados Fahrenheit (39 grados centígrados)
Si un niño más grande tiene una fiebre inferior a los 102,2 grados Fahrenheit (39 grados centígrados), llame al médico si el niño también presenta los siguientes síntomas:
rechaza los líquidos o parece demasiado enfermo como para beber
tiene diarrea persistente o vómitos continuos
presenta signos de deshidratación (orina menos de lo habitual, no tiene lágrimas cuando llora, está menos atento y activo de lo usual)
presenta una dolencia específica (por ejemplo, dolor de garganta o de oído)
lleva más de 24 horas con fiebre (si es un niño menor de 2 años) o 72 horas (si es mayor de 2 años)
tiene fiebre recurrente, aunque sólo dure algunas horas todas las noches
tiene una enfermedad crónica, como una afección cardíaca, cáncer, lupus o anemia depranocítica
presenta una erupción
tiene dolor al orinar
Acuda a la sala de urgencias si su hijo presenta cualquiera de los siguientes síntomas:
llanto inconsolable
irritabilidad extrema
aletargamiento o dificultad para estar despierto
sarpullido o manchas moradas que parecen pequeños moretones en la piel (que no estaban antes de que su hijo se enfermara)
labios, lengua y uñas azuladas
zona blanda en la cabeza que parece una protuberancia o está hundida
rigidez de cuello
fuerte dolor de cabeza
flacidez o negativa a moverse
dificultad para respirar que no desaparece cuando se le descongestiona la nariz
inclinación hacia delante y babeo
convulsiones
dolor abdominal
Asimismo, pregunte al pediatra cuál es su criterio respecto a cuándo llamarlo en caso de fiebre.
Fiebre: Algo común en la infancia
Todos los niños tienen fiebre alguna vez y, en la mayoría de los casos, vuelven a su estado normal después de unos días. En bebés mayores y niños (pero no necesariamente en bebés menores de 3 meses), es más importante el comportamiento del niño que la lectura del termómetro. Todo el mundo está malhumorado cuando tiene fiebre. Es normal y es algo que debe esperarse.
Pero si alguna vez tiene dudas sobre qué hacer o lo que puede significar esa fiebre, o si su hijo se enferma de forma preocupante aunque no tenga fiebre, llame a su pediatra para que lo asesore.
http://kidshealth.org/parent/en_espanol/general/fever_esp.html#
¿Qué es la fiebre?
La fiebre se produce cuando el “termostato” interno del cuerpo aumenta la temperatura corporal por encima de su nivel normal. Este termostato se encuentra en la parte del cerebro denominada hipotálamo. El hipotálamo sabe qué temperatura debe tener el cuerpo (en general, alrededor de los 98,6 grados Fahrenheit o 37 grados centígrados) y envía mensajes al cuerpo para mantenerla así.
La temperatura corporal de la mayoría de las personas varía incluso un poco a lo largo del día: suele ser un poco más baja por la mañana y un poco más alta por la tarde, y puede fluctuar cuando los niños corretean, juegan y hacen ejercicio.
No obstante, a veces, el hipotálamo “reajusta” el cuerpo a una temperatura más alta como respuesta a una infección, enfermedad o algún otro motivo. Entonces, ¿por qué el hipotálamo ordena al cuerpo que varíe la temperatura? Los investigadores creen que el aumento de la temperatura es la forma que tiene el cuerpo de combatir los gérmenes que causan infecciones y de hacer que el cuerpo sea un lugar menos agradable para ellos.
¿Qué causa la fiebre?
Es importante recordar que la fiebre en sí no es una enfermedad; la mayoría de las veces es síntoma de un problema subyacente. Las causas potenciales de la fiebre son las siguientes:
Infección: La mayoría de las fiebres se deben a una infección u otra enfermedad. Al estimular los mecanismos naturales de defensa, la fiebre ayuda al cuerpo a combatir las infecciones.
Exceso de ropa: Los bebés, en especial los recién nacidos, pueden tener fiebre si están demasiado abrigados o se encuentran en un ambiente caluroso, porque no son capaces de regular su temperatura corporal. Sin embargo, debido a que la fiebre puede ser indicio de una infección grave en los recién nacidos, incluso los bebés que han sido abrigados en exceso deben ser examinados por un médico si tienen fiebre.
Inmunizaciones: Los bebés y los niños pueden presentar algo de fiebre después de haber sido vacunados.
Aunque la dentición puede provocar un leve aumento de la temperatura corporal, es poco probable que sea la causa de que la temperatura de su hijo esté por encima de los 100 grados Fahrenheit (37,8 grados centígrados).
¿Cuándo la fiebre es síntoma de algo grave?
En el pasado, los médicos aconsejaban tratar la fiebre sólo en función de la temperatura. Pero ahora recomiendan tener en cuenta tanto la temperatura como el estado general del niño.
Los niños con una temperatura inferior a los 102 grados Fahrenheit (38,9 grados centígrados) no suelen necesitar medicación, a menos que se sientan molestos. Esta regla conlleva una importante excepción: si su bebé tiene 3 meses o menos y su temperatura rectal es de 100,4 grados Fahrenheit (38 grados centígrados) o más alta, llame al pediatra o acuda a la sala de urgencias. Incluso una fiebre leve puede ser síntoma de una posible infección grave en bebés muy pequeños.
Si su hijo de entre 3 meses y 3 años tiene una fiebre de 102,2° Fahrenheit (39 grados centígrados) o más alta, llame al médico para corroborar si necesita que este profesional lo examine. En niños mayores, tenga en cuenta el comportamiento y nivel de actividad física. Al observar el comportamiento de su hijo, puede tener una idea de si la causa de la fiebre es una enfermedad de poca importancia o si necesita acudir a un médico.
Es probable que la enfermedad no sea grave si su hijo presenta estas características:
sigue queriendo jugar
come y bebe bien
está alerta y sonríe
tiene la piel de color normal
tiene buen aspecto cuando le baja la temperatura
Y no se preocupe demasiado por un niño con fiebre que no quiere comer. Eso es común en infecciones que producen fiebre. Si el niño sigue bebiendo líquidos y orina normalmente, el hecho de que coma menos de lo habitual no es un problema.
¿Cómo sé si mi hijo tiene fiebre?
Con un termómetro fiable, puede saber si su hijo tiene fiebre cuando su temperatura esté en alguno de los siguientes niveles:
100,4 grados Fahrenheit (38 grados centígrados) medidos rectalmente (en el recto)
99,5 grados Fahrenheit (37,5 grados centígrados) medidos oralmente (en la boca)
99 grados Fahrenheit (37,2 grados centígrados) medidos en la axila (bajo el brazo)
Pero el nivel de fiebre no es un muy buen indicador de cuán enfermo está su hijo. Un simple resfriado u otra infección viral pueden producir una fiebre bastante alta (entre los 102 y 104 grados Fahrenheit o de 38,9 a 40 grados centígrados), pero no suelen ser indicio de que el problema sea grave. Y las infecciones graves pueden no producir fiebre o incluso disminuir la temperatura corporal de modo anormal, sobre todo en niños pequeños.
Puesto que la fiebre puede subir y bajar, un niño con fiebre puede tener escalofríos cuando la temperatura corporal comienza a subir y el cuerpo intenta generar más calor. Quizás el niño sude cuando la temperatura comienza a bajar y el cuerpo libera el calor extra.
A veces, los niños con fiebre pueden respirar más rápido de lo normal y tener un ritmo cardíaco más elevado. Debería llamar al pediatra si su hijo tiene dificultad para respirar, o respira mucho más rápido de lo normal, o sigue respirando rápido cuando le baja la fiebre.
Distintos tipos de termómetros
Los termómetros digitales suelen medir la temperatura de manera más rápida y precisa. Vienen en muchos tamaños y formas, y están disponibles en la mayoría de los supermercados y farmacias, a varios precios. Aunque debería leer las instrucciones del fabricante a fin de determinar los métodos para los que está diseñado el termómetro, muchos termómetros digitales se usan para las siguientes modalidades de medición de temperatura:
oral (en la boca)
rectal (en el recto)
axilar (bajo el brazo)
Los termómetros digitales suelen tener una sonda flexible de plástico con un sensor de temperatura en un extremo y un indicador digital fácil de leer en el otro.
Los termómetros electrónicos de oído miden la temperatura timpánica: la temperatura en el interior del conducto auditivo. Aunque son rápidos, precisos y fáciles de usar en niños mayores, los termómetros electrónicos de oído no resultan tan exactos como los digitales cuando se usan en bebés de menos de 3 meses, y son más caros.
Los termómetros para la frente también pueden indicar si su hijo tiene fiebre, pero no son tan precisos como los digitales que toman la temperatura oral o rectal.
Los termómetros de mercurio se usaban con frecuencia, pero la Academia Americana de Pediatría (AAP por su sigla en inglés) aconseja no utilizarlos por miedo a una posible exposición al mercurio, que es una toxina ambiental. (Si aún tiene un termómetro de mercurio, no lo tire a la basura porque el mercurio puede filtrarse. Pregunte al pediatra o al departamento de sanidad local cómo y dónde puede deshacerse de su termómetro de mercurio).
Si su hijo es menor de 3 meses, usted obtendrá datos más precisos si mide la temperatura rectal con un termómetro digital. Los termómetros electrónicos de oído no son recomendables para bebés menores de 3 meses porque sus conductos auditivos suelen ser demasiado pequeños.
Si su hijo tiene entre 3 meses y 4 años, usted puede utilizar un termómetro digital para medir la temperatura rectal o un termómetro electrónico de oído para medir la temperatura en el interior del conducto auditivo. También podría utilizar un termómetro digital para medir la temperatura axilar, aunque este método es menos preciso.
Si su hijo tiene más de 4 años, usted puede utilizar un termómetro digital para medir la temperatura oral si su hijo coopera. Sin embargo, es posible que los niños que tosen con frecuencia o respiran por la boca porque tienen la nariz congestionada no sean capaces de mantener la boca cerrada el tiempo necesario para realizar una lectura oral exacta. En estos casos, puede usar el método timpánico (con un termómetro electrónico de oído) o el método axilar (con un termómetro digital).
Cómo ayudar a que su hijo se sienta mejor
Como ya dijimos, no todos los cuadros de fiebre requieren tratamiento. Y, en la mayoría de los casos, la fiebre sólo debe tratarse si causa malestar a su hijo. Éstos son algunos consejos para aliviar los síntomas que suelen acompañar la fiebre:
Si su hijo está irritable o parece molesto, puede darle acetaminofeno o ibuprofeno según las recomendaciones que figuran en el envase de acuerdo con la edad o el peso. Si no sabe cuál es la dosis recomendada o si su hijo es menor de 2 años, llame al pediatra para averiguar qué cantidad debe darle. Recuerde que los medicamentos para la fiebre bajarán temporalmente la temperatura, pero no harán que vuelva a la normalidad; y no curarán la causa subyacente de la fiebre. (Nunca le dé aspirina a un niño porque esta droga está asociada al síndrome de Reye, una enfermedad poco común pero potencialmente mortal). Los bebés menores de 2 meses no deben recibir ninguna medicación para la fiebre sin la correspondiente evaluación de un médico. Si su hijo tiene algún problema de salud, consulte al pediatra para que le diga cuál es el mejor medicamento que puede darle.
Bañe a su hijo con una esponja para que se sienta más cómodo y para ayudar a que le baje la fiebre. Utilice sólo agua tibia; el agua fría puede causar escalofríos, lo que suele aumentar la temperatura corporal. Nunca use alcohol (puede producir una intoxicación cuando la piel lo absorbe) o bolsas de hielo/baños fríos (pueden causar escalofríos, que aumentan la temperatura corporal).
Vista a su hijo con ropa ligera y cúbralo con una sábana o una manta liviana. El exceso de ropa y abrigo puede evitar que el calor corporal se libere y provocar un aumento de temperatura.
Asegúrese de que la temperatura de la habitación de su hijo sea placentera: ni muy caliente ni muy fría.
Dé a su hijo mucho líquido para evitar la deshidratación; la fiebre provoca una rápida pérdida de líquidos. El agua, la sopa, las paletas heladas y la gelatina de sabores son buenas opciones. Evite las bebidas con cafeína, incluidos las gaseosas y el té, porque pueden aumentar la producción de orina.
Si su hijo también tiene vómitos y/o diarrea, pregunte al pediatra si debe darle alguna solución hidratante especial para niños. Puede encontrar esta solución en farmacias y supermercados. No le dé bebidas energéticas; no están pensadas para niños pequeños, y los azúcares añadidos pueden empeorar la diarrea. Asimismo, limite el consumo de frutas y jugos de manzana.
En general, deje que su hijo coma lo que quiera (en cantidades razonables), pero no lo obligue a comer si no tiene ganas.
Asegúrese de que su hijo descanse mucho. No es necesario que pase todo el día en la cama, pero un niño enfermo debería tomarse las cosas con calma.
Es mejor que el niño no vaya a la escuela o a la guardería si tiene fiebre. La mayoría de los médicos creen que se puede volver a la escuela cuando la temperatura ha sido normal durante 24 horas.
¿Cuándo debería llamar al pediatra?
La temperatura exacta que debería motivar una llamada al médico depende de la edad del niño, la enfermedad y si el niño presenta otros síntomas además de la fiebre.
Llame al pediatra en los siguientes casos:
si tiene un bebé menor de 3 meses con una temperatura de 100,4 grados Fahrenheit (38 grados centígrados) o más
si tiene un niño mayor con una temperatura superior a los 102,2 grados Fahrenheit (39 grados centígrados)
Si un niño más grande tiene una fiebre inferior a los 102,2 grados Fahrenheit (39 grados centígrados), llame al médico si el niño también presenta los siguientes síntomas:
rechaza los líquidos o parece demasiado enfermo como para beber
tiene diarrea persistente o vómitos continuos
presenta signos de deshidratación (orina menos de lo habitual, no tiene lágrimas cuando llora, está menos atento y activo de lo usual)
presenta una dolencia específica (por ejemplo, dolor de garganta o de oído)
lleva más de 24 horas con fiebre (si es un niño menor de 2 años) o 72 horas (si es mayor de 2 años)
tiene fiebre recurrente, aunque sólo dure algunas horas todas las noches
tiene una enfermedad crónica, como una afección cardíaca, cáncer, lupus o anemia depranocítica
presenta una erupción
tiene dolor al orinar
Acuda a la sala de urgencias si su hijo presenta cualquiera de los siguientes síntomas:
llanto inconsolable
irritabilidad extrema
aletargamiento o dificultad para estar despierto
sarpullido o manchas moradas que parecen pequeños moretones en la piel (que no estaban antes de que su hijo se enfermara)
labios, lengua y uñas azuladas
zona blanda en la cabeza que parece una protuberancia o está hundida
rigidez de cuello
fuerte dolor de cabeza
flacidez o negativa a moverse
dificultad para respirar que no desaparece cuando se le descongestiona la nariz
inclinación hacia delante y babeo
convulsiones
dolor abdominal
Asimismo, pregunte al pediatra cuál es su criterio respecto a cuándo llamarlo en caso de fiebre.
Fiebre: Algo común en la infancia
Todos los niños tienen fiebre alguna vez y, en la mayoría de los casos, vuelven a su estado normal después de unos días. En bebés mayores y niños (pero no necesariamente en bebés menores de 3 meses), es más importante el comportamiento del niño que la lectura del termómetro. Todo el mundo está malhumorado cuando tiene fiebre. Es normal y es algo que debe esperarse.
Pero si alguna vez tiene dudas sobre qué hacer o lo que puede significar esa fiebre, o si su hijo se enferma de forma preocupante aunque no tenga fiebre, llame a su pediatra para que lo asesore.
http://kidshealth.org/parent/en_espanol/general/fever_esp.html#
domingo, 26 de julio de 2015
LACTANCIA MATERNA
LACTANCIA MATERNA
Las Maravillas de la Leche Materna
Importancia de la lactancia materna
Propiedades y beneficios de la leche materna
No existe leche mejor para un recién nacido que la leche de su mamá. Esta afirmación está avalada con estudios científicos que se han realizado durante décadas. La importancia de la lactancia materna radica en su composición química y en base a ésta, se pueden obtener las propiedades y beneficios de la leche materna, como alimento ideal para los niños desde el momento de nacimiento hasta los dos años de edad.
La leche de las diferentes especies de mamíferos tiene una composición específica adaptada a las necesidades inmunológicas, digestivas, metabólicas y de velocidad de crecimiento de las respectivas crías.
La leche materna no escapa a esta regla y posee características diferentes a otras especies biológicas, las cuales se adaptan perfectamente a las necesidades del neonato, de ahí la importancia de la lactancia materna hasta los dos años de edad, según lo establecen las recomendaciones de la FAO/OMS.
Cabe aclarar que durante los primeros 6 meses de vida el bebé recibirá exclusivamente leche materna. Después de los 6 meses se produce la ablactación que es la incorporación de alimentos en forma progresiva, complementándose con el aporte de leche materna.
Propiedades y beneficios de la leche materna
Satisface sus requerimientos nutricionales.
El contenido lipídico de la leche materna es de más fácil absorción.
El contenido proteico es menor a la leche de vaca, lo cual es beneficioso para el buen funcionamiento renal, evitándole una carga excesiva de solutos.
Posee altas concentraciones de lactosa, la galactosa presente en la lactosa, contribuiría al buen desarrollo cerebral.
Es de fácil digestión, adaptándose al aparato digestivo del recién nacido.
Aumenta las defensas del cuerpo, fortaleciendo su sistema inmune, evitando enfermedades respiratorias y gastrointestinales.
Evita la contaminación de la leche, ya que ésta le llega en una forma estéril al bebé.
Posee una temperatura ideal para el organismo del niño.
Establece un vínculo afectivo madre – hijo irremplazable.
Además de estas propiedades y beneficios de la leche materna, se sigue evaluando permanentemente la injerencia que tiene la lactancia materna en la vida adulta del niño, sobre algunas enfermedades tales como: Diabetes, obesidad, cáncer, etc.
Desde el momento que nace el bebé es muy importante plantearse la importancia de la lactancia materna sobre la salud del neonato y sobre el vínculo irremplazable de la madre y el niño.
Importancia de la leche materna en la prevención de enfermedades
Lactancia materna, barrera natural contra las enfermedades
La mejor alimentación que puede recibir un bebé, desde el momento del nacimiento, es la leche de su mamá. A través de ella el bebé toma una serie de nutrientes indispensable para tener un crecimiento y desarrollo adecuado. Además la leche materna adquiere mucha importancia en la prevención de enfermedades, considerándose a la lactancia materna una barrera natural contra las enfermedades.
La lactancia materna es considerada una barrera natural contra las enfermedades, ya que esta posee todos los nutrientes que el bebé necesita para crecer sano y fuerte.
La hembra de cada especie fabrica leche para darle a su cría, cada una de ellas aporta los principios nutritivos que más necesita esa cría para un buen crecimiento. Por ello, para un bebé no hay nada mejor que la leche de su mamá.
Lactancia materna, barrera natural contra las enfermedades
La leche materna contiene inmunoglobulinas, las cuales son sustancias que forman parte de la inmunidad que actúa contra los agentes extraños, denominados antígenos. La leche humana contiene Ig A, Ig E e Ig M. Estas inmunoglobulinas son indispensables para el bebé que se encuentra expuesto a agentes infecciosos que su organismo no reconoce.
La leche materna ayuda a desarrollar la flora intestinal del recién nacido, esto lo prepara no sólo para ir recibiendo los diferentes alimentos, sino también para desarrollar una barrera natural contra las infecciones, ya que la leche materna contiene lactobasilus, bifidus, etc.
La leche materna tiene propiedades antivirales, por su alto contenido en Ig A y mecanismos específicos que ayudan a la destrucción de los agentes virales.
Como conclusión es posible inferir que la alimentación a pecho posee diferentes propiedades
Inmunológicas, ya que se puede considerar como un trasplante de células vivas e inmunológicamente activas en un medio nutritivo.
Biológicas, ya que la leche materna es un mensajero biológico para enzimas y hormonas.
Nutritivas, ya que posee las cantidades perfectas de concentraciones suficientes de los diferentes nutrientes y que además interactúan entre sí.
Antropológicas, ya que es la expresión fundamental del concepto de gestación post uterina.
Es importante tener presente que debido a la importancia de la leche materna en la prevención de enfermedades, entre otras propiedades, la OMS, considera necesario extender la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida y prolongarla hasta los 2 años de edad.
CONSERVACION DE LA LECHE:
Se puede utilizar envase de vidrio o plástico limpio. El envase debe lavarse con agua caliente y detergente, dejándolo bien refrigerado. No es necesario hervirlo.
La duración de la leche varía según el tipo de refrigeración usado.
Temperatura ambiente 12 horas
Refrigerador (no en la puerta) 72 horas
Congelador (refrigerador de una puerta) 14 días
Congelador (refrigerador de dos puertas) 3 meses
UTILIZACION DE LA LECHE:
Para utilizar la leche congelada ésta debe ser descongelada lentamente, cambiándola del congelador al refrigerador la noche anterior. Después de descongelada debe ser usada dentro de las próximas 24 horas.
Para entibiarla, agitar el envase con la leche en agua caliente, no hirviendo. El calor excesivo destruye enzimas y proteínas, lo mismo ocurre con el uso de microondas.
Advertir a la madre que la grasa de la leche extraída se separa al congelar y se homogeniza al descongelarla y agitarla suavemente.
La leche puede ser administrada al niño con vaso, cuchara o mamadera.
A VECES PUEDE OCURRIR:
GRIETAS DEL PEZON
Causas:
- Colocación al pecho y posición incorrectas (causa más frecuente).
- Congestión, que favorece la mala posición.
- Candidiasis del pezón, planteársela siempre en grietas persistentes o de aparición tardía.
- Disfunción motora oral (poco frecuente).
Manejo:
- Estimular el reflejo de eyección de leche, previo a la succión.
- Comenzar cada alimentación con el lado menos comprometido.
- Adecuada colocación al pecho y extracción manual previa cuando sea necesario. También ayuda la posición de costado, favoreciendo mayor control de la cabeza del niño para evitar el dolor.
- Aplicar, después de amamantar, solamente leche en los pezones, evitando sustancias irritantes (cremas, etc).
- Aire y exposición al sol.
- Evitar congestión, amamantar con mayor frecuencia.
- Analgésicos suaves en caso necesario.
- Tratamiento de la micosis en casos evidentes o sospechosos. Nistatina o Miconazol, aplicado en boca del niño y ambos pezones después de amamantar por 10 a 14 días.
- Evaluación motora oral cuando sea apropiada.
- Ultimo recurso (raramente necesario): interrumpir la lactancia por 24 a 36 horas; la madre debe extraerse leche en forma frecuente. Esta leche extraída puede ser administrada al niño
Amamantamiento Correcto y Técnica de Extracción de Leche Materna
El éxito de la lactancia materna depende principalmente de una correcta técnica de amamantamiento.
El requisito básico para un buen amamantamiento es una buena disposición y confianza de la madre en su capacidad de amamantar, lo que se logra si el equipo de salud demuestra interés, promueve, apoya y facilita la práctica de la lactancia materna, como la forma naturalmente dispuesta para alimentar al niño o niña.
La técnica considera:
Correcta posición
Correcta posición de la madre y del niño (a). Existen varias posiciones que pueden usarse con éxito. Con mucha frecuencia la madre adopta la posición sentada con el niño (a) acostado de lado en sus brazos, en ese caso se recomienda:
Siéntese cómoda con la espalda apoyada, colocando los pies en un pequeño piso.
Si el niño (a) es demasiado pequeño utilice una almohada o cojín para acomodarlo a la altura del pecho.
Sostenga al niño (a) recostado sobre su brazo, con el cuerpo enfrentándolo, abdomen con abdomen, la cabeza sobre el pliegue de su codo. Puede ayudarse con un cojín sobre la falda para sostener al niño (a) y afirmar el brazo.
Sostener bien el pecho
Sostenga la mama con la mano formando una “C”, con los cuatro dedos por debajo y el pulgar por arriba.
Con el pezón toque el labio inferior del niño (a) varias veces hasta que abra ampliamente la boca, en ese momento, y con un movimiento rápido, atraiga el niño (a) hacia la mama, favoreciendo la entrada del pezón y casi toda la areola dentro de su boca.
No debe sentir dolor
Si el niño(a) está bien adherido al pecho, al succionar, no debe provocar dolor, si duele es porque el niño(a) está mal adosado a la mama por lo que se debe retirar del pecho, introduciendo un dedo por la comisura bucal, presionando la encía inferior. Al colocárselo nuevamente al pecho preocúpese de que la boca del niño(a) esté bien abierta antes de acercarlo a la mama.
Es conveniente que la madre reconozca la succión efectiva para saber que el niño(a) se alimenta bien: se escucha la deglución durante la mamada, al finalizar la madre nota el pecho más blando, el niño(a) se duerme o queda tranquilo y presenta orina y una deposición amarillenta, abundante, semilíquida y explosiva, que se adhiere al pañal.
Libre demanda al comienzo
La oferta de lactancia materna es libre demanda, lo que significa que el horario no es estricto, aunque probablemente sea cada 2 a 3 horas, día y noche, los primeros 30 días y luego progresivamente cada 3 a 4 horas hacia finales del 2do mes.
Con promedio 10 minutos es suficiente
La duración de cada mamada en general fluctúa entre 5 a 15 minutos por lado.
Lo ideal es comenzar a amamantar cuando el bebe lo pida, la mjor manera d saberlo s cuando llora fuertemente, el bebe comenzara a succionar de forma fuerte, debe permanecer succionando hasta que la fuerza de succion disminuya, esto ocurre aproximadamente a los 10 min, en este momento debe retirarse de esa mama y sacarle los gases, luego colocarlo en la otra mama hasta q se duerma
En la proxima tetada debe comenzarse por la ultima mama
Dos tipos de leche
En cada mamada el niño(a) debe recibir los dos tipos de leche de cada pecho: la leche inicial, con más contenido de lactosa y agua, y la leche final, con más contenido de grasa. Se recomienda alternar la mama con la que se inicia la alimentación.
La producción de leche se establece durante las primeras semanas post parto por medio del balance entre las necesidades del niño(a) y el estímulo de la succión. En algunas mujeres, la producción de leche aumenta lentamente según las necesidades crecientes del niño(a), en otras, alrededor del tercer mes se presenta la llamada “crisis transitoria de lactancia”, en que el niño(a) mama con mayor frecuencia y la mujer cree no tener leche, se le debe recordar a la madre que si amamanta más seguido, aumenta su producción y vuelve a al niño ordenarse.
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El extractor de leche es fácil de usar, con sólo unas pocas piezas ligeras que son fáciles de montar. Las piezas son aptas para lavavajillas y se pueden esterilizar para facilitar la limpieza. Incluye la botella y el pezón natural para facilitar la prensión y la transición entre la lactancia y alimentación con biberón.
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Las Maravillas de la Leche Materna
Importancia de la lactancia materna
Propiedades y beneficios de la leche materna
No existe leche mejor para un recién nacido que la leche de su mamá. Esta afirmación está avalada con estudios científicos que se han realizado durante décadas. La importancia de la lactancia materna radica en su composición química y en base a ésta, se pueden obtener las propiedades y beneficios de la leche materna, como alimento ideal para los niños desde el momento de nacimiento hasta los dos años de edad.
La leche de las diferentes especies de mamíferos tiene una composición específica adaptada a las necesidades inmunológicas, digestivas, metabólicas y de velocidad de crecimiento de las respectivas crías.
La leche materna no escapa a esta regla y posee características diferentes a otras especies biológicas, las cuales se adaptan perfectamente a las necesidades del neonato, de ahí la importancia de la lactancia materna hasta los dos años de edad, según lo establecen las recomendaciones de la FAO/OMS.
Cabe aclarar que durante los primeros 6 meses de vida el bebé recibirá exclusivamente leche materna. Después de los 6 meses se produce la ablactación que es la incorporación de alimentos en forma progresiva, complementándose con el aporte de leche materna.
Propiedades y beneficios de la leche materna
Satisface sus requerimientos nutricionales.
El contenido lipídico de la leche materna es de más fácil absorción.
El contenido proteico es menor a la leche de vaca, lo cual es beneficioso para el buen funcionamiento renal, evitándole una carga excesiva de solutos.
Posee altas concentraciones de lactosa, la galactosa presente en la lactosa, contribuiría al buen desarrollo cerebral.
Es de fácil digestión, adaptándose al aparato digestivo del recién nacido.
Aumenta las defensas del cuerpo, fortaleciendo su sistema inmune, evitando enfermedades respiratorias y gastrointestinales.
Evita la contaminación de la leche, ya que ésta le llega en una forma estéril al bebé.
Posee una temperatura ideal para el organismo del niño.
Establece un vínculo afectivo madre – hijo irremplazable.
Además de estas propiedades y beneficios de la leche materna, se sigue evaluando permanentemente la injerencia que tiene la lactancia materna en la vida adulta del niño, sobre algunas enfermedades tales como: Diabetes, obesidad, cáncer, etc.
Desde el momento que nace el bebé es muy importante plantearse la importancia de la lactancia materna sobre la salud del neonato y sobre el vínculo irremplazable de la madre y el niño.
Importancia de la leche materna en la prevención de enfermedades
Lactancia materna, barrera natural contra las enfermedades
La mejor alimentación que puede recibir un bebé, desde el momento del nacimiento, es la leche de su mamá. A través de ella el bebé toma una serie de nutrientes indispensable para tener un crecimiento y desarrollo adecuado. Además la leche materna adquiere mucha importancia en la prevención de enfermedades, considerándose a la lactancia materna una barrera natural contra las enfermedades.
La lactancia materna es considerada una barrera natural contra las enfermedades, ya que esta posee todos los nutrientes que el bebé necesita para crecer sano y fuerte.
La hembra de cada especie fabrica leche para darle a su cría, cada una de ellas aporta los principios nutritivos que más necesita esa cría para un buen crecimiento. Por ello, para un bebé no hay nada mejor que la leche de su mamá.
Lactancia materna, barrera natural contra las enfermedades
La leche materna contiene inmunoglobulinas, las cuales son sustancias que forman parte de la inmunidad que actúa contra los agentes extraños, denominados antígenos. La leche humana contiene Ig A, Ig E e Ig M. Estas inmunoglobulinas son indispensables para el bebé que se encuentra expuesto a agentes infecciosos que su organismo no reconoce.
La leche materna ayuda a desarrollar la flora intestinal del recién nacido, esto lo prepara no sólo para ir recibiendo los diferentes alimentos, sino también para desarrollar una barrera natural contra las infecciones, ya que la leche materna contiene lactobasilus, bifidus, etc.
La leche materna tiene propiedades antivirales, por su alto contenido en Ig A y mecanismos específicos que ayudan a la destrucción de los agentes virales.
Como conclusión es posible inferir que la alimentación a pecho posee diferentes propiedades
Inmunológicas, ya que se puede considerar como un trasplante de células vivas e inmunológicamente activas en un medio nutritivo.
Biológicas, ya que la leche materna es un mensajero biológico para enzimas y hormonas.
Nutritivas, ya que posee las cantidades perfectas de concentraciones suficientes de los diferentes nutrientes y que además interactúan entre sí.
Antropológicas, ya que es la expresión fundamental del concepto de gestación post uterina.
Es importante tener presente que debido a la importancia de la leche materna en la prevención de enfermedades, entre otras propiedades, la OMS, considera necesario extender la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida y prolongarla hasta los 2 años de edad.
CONSERVACION DE LA LECHE:
Se puede utilizar envase de vidrio o plástico limpio. El envase debe lavarse con agua caliente y detergente, dejándolo bien refrigerado. No es necesario hervirlo.
La duración de la leche varía según el tipo de refrigeración usado.
Temperatura ambiente 12 horas
Refrigerador (no en la puerta) 72 horas
Congelador (refrigerador de una puerta) 14 días
Congelador (refrigerador de dos puertas) 3 meses
UTILIZACION DE LA LECHE:
Para utilizar la leche congelada ésta debe ser descongelada lentamente, cambiándola del congelador al refrigerador la noche anterior. Después de descongelada debe ser usada dentro de las próximas 24 horas.
Para entibiarla, agitar el envase con la leche en agua caliente, no hirviendo. El calor excesivo destruye enzimas y proteínas, lo mismo ocurre con el uso de microondas.
Advertir a la madre que la grasa de la leche extraída se separa al congelar y se homogeniza al descongelarla y agitarla suavemente.
La leche puede ser administrada al niño con vaso, cuchara o mamadera.
A VECES PUEDE OCURRIR:
GRIETAS DEL PEZON
Causas:
- Colocación al pecho y posición incorrectas (causa más frecuente).
- Congestión, que favorece la mala posición.
- Candidiasis del pezón, planteársela siempre en grietas persistentes o de aparición tardía.
- Disfunción motora oral (poco frecuente).
Manejo:
- Estimular el reflejo de eyección de leche, previo a la succión.
- Comenzar cada alimentación con el lado menos comprometido.
- Adecuada colocación al pecho y extracción manual previa cuando sea necesario. También ayuda la posición de costado, favoreciendo mayor control de la cabeza del niño para evitar el dolor.
- Aplicar, después de amamantar, solamente leche en los pezones, evitando sustancias irritantes (cremas, etc).
- Aire y exposición al sol.
- Evitar congestión, amamantar con mayor frecuencia.
- Analgésicos suaves en caso necesario.
- Tratamiento de la micosis en casos evidentes o sospechosos. Nistatina o Miconazol, aplicado en boca del niño y ambos pezones después de amamantar por 10 a 14 días.
- Evaluación motora oral cuando sea apropiada.
- Ultimo recurso (raramente necesario): interrumpir la lactancia por 24 a 36 horas; la madre debe extraerse leche en forma frecuente. Esta leche extraída puede ser administrada al niño
Amamantamiento Correcto y Técnica de Extracción de Leche Materna
El éxito de la lactancia materna depende principalmente de una correcta técnica de amamantamiento.
El requisito básico para un buen amamantamiento es una buena disposición y confianza de la madre en su capacidad de amamantar, lo que se logra si el equipo de salud demuestra interés, promueve, apoya y facilita la práctica de la lactancia materna, como la forma naturalmente dispuesta para alimentar al niño o niña.
La técnica considera:
Correcta posición
Correcta posición de la madre y del niño (a). Existen varias posiciones que pueden usarse con éxito. Con mucha frecuencia la madre adopta la posición sentada con el niño (a) acostado de lado en sus brazos, en ese caso se recomienda:
Siéntese cómoda con la espalda apoyada, colocando los pies en un pequeño piso.
Si el niño (a) es demasiado pequeño utilice una almohada o cojín para acomodarlo a la altura del pecho.
Sostenga al niño (a) recostado sobre su brazo, con el cuerpo enfrentándolo, abdomen con abdomen, la cabeza sobre el pliegue de su codo. Puede ayudarse con un cojín sobre la falda para sostener al niño (a) y afirmar el brazo.
Sostener bien el pecho
Sostenga la mama con la mano formando una “C”, con los cuatro dedos por debajo y el pulgar por arriba.
Con el pezón toque el labio inferior del niño (a) varias veces hasta que abra ampliamente la boca, en ese momento, y con un movimiento rápido, atraiga el niño (a) hacia la mama, favoreciendo la entrada del pezón y casi toda la areola dentro de su boca.
No debe sentir dolor
Si el niño(a) está bien adherido al pecho, al succionar, no debe provocar dolor, si duele es porque el niño(a) está mal adosado a la mama por lo que se debe retirar del pecho, introduciendo un dedo por la comisura bucal, presionando la encía inferior. Al colocárselo nuevamente al pecho preocúpese de que la boca del niño(a) esté bien abierta antes de acercarlo a la mama.
Es conveniente que la madre reconozca la succión efectiva para saber que el niño(a) se alimenta bien: se escucha la deglución durante la mamada, al finalizar la madre nota el pecho más blando, el niño(a) se duerme o queda tranquilo y presenta orina y una deposición amarillenta, abundante, semilíquida y explosiva, que se adhiere al pañal.
Libre demanda al comienzo
La oferta de lactancia materna es libre demanda, lo que significa que el horario no es estricto, aunque probablemente sea cada 2 a 3 horas, día y noche, los primeros 30 días y luego progresivamente cada 3 a 4 horas hacia finales del 2do mes.
Con promedio 10 minutos es suficiente
La duración de cada mamada en general fluctúa entre 5 a 15 minutos por lado.
Lo ideal es comenzar a amamantar cuando el bebe lo pida, la mjor manera d saberlo s cuando llora fuertemente, el bebe comenzara a succionar de forma fuerte, debe permanecer succionando hasta que la fuerza de succion disminuya, esto ocurre aproximadamente a los 10 min, en este momento debe retirarse de esa mama y sacarle los gases, luego colocarlo en la otra mama hasta q se duerma
En la proxima tetada debe comenzarse por la ultima mama
Dos tipos de leche
En cada mamada el niño(a) debe recibir los dos tipos de leche de cada pecho: la leche inicial, con más contenido de lactosa y agua, y la leche final, con más contenido de grasa. Se recomienda alternar la mama con la que se inicia la alimentación.
La producción de leche se establece durante las primeras semanas post parto por medio del balance entre las necesidades del niño(a) y el estímulo de la succión. En algunas mujeres, la producción de leche aumenta lentamente según las necesidades crecientes del niño(a), en otras, alrededor del tercer mes se presenta la llamada “crisis transitoria de lactancia”, en que el niño(a) mama con mayor frecuencia y la mujer cree no tener leche, se le debe recordar a la madre que si amamanta más seguido, aumenta su producción y vuelve a al niño ordenarse.
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