miércoles, 2 de septiembre de 2015

ESTIMULACIÓN TEMPRANA DE 6 A 12 MESES

ESTIMULACIÓN TEMPRANA DE 6 A 12 MESES


ÁREA MOTORA GRUESA:


  1. Sentarse en un rodillo (finalidad: fortalecer los músculos del abdomen):
    • Ejercicio: sentar al niño sobre un rodillo grande, sujetarlo por los muslos y rodillas. Deslizar suavemente el rodillo hacia atrás y adelante para que el niño haga un esfuerzo por enderezarse y permanecer sentado en el rodillo.
  2. Sentado en un taburete (finalidad: sedestación y estimular el apoyo sobre los pies):
    • Ejercicio:
      • Sentar al niño en un taburete pequeño de forma que apoye las plantas de los pies en el suelo, y estos queden en ángulo recto con los tobillos, sujetarlo por los muslos.
      • Ir eliminando la ayuda hasta que se mantenga solo en esta posición.
  3. Sentado con las manos sobre los muslos (finalidad: mantenerse sentado):
    • Ejercicio: sentar al niño sobre una superficie dura con las piernas extendidas en forma de uve. Colocarle sus manos sobre los muslos e intentar que se sostenga. Ir aumentado progresivamente el tiempo de permanencia en esta posición, segun las posibilidades del niño. Reforzar
  4. Sentarse sin apoyo (finalidad: sedestación sin apoyo):
    • Ejercicio: Estando el niño sentado sin apoyo en la espalda ofrecerle juguetes desde delante y los lados para que vaya liberando los brazos.
  5. Reflejo de apoyo lateral (finalidad. Proteger ante una caída hacia los lados):
    • Ejercicio: estando el niño sentado sobre una superficie dura empujarlo hacia un lado y otro lado para que apoye la mano correspondiente
  6. Reflejo de paracaídas (finalidad: desarrollar un reflejo de proteccion ante una caída hacia delante):
    • Ejercicio: estando el niño sentado, en un taburete, sin apoyo en la espalda, cogerlo por la cintura y empujarle hacia delante para que coloque sus manos con el fin de protegerse.
  7. Reflejo de paracaídas 2 (finalidad: desarrollar un reflejo de protección ante una caída hacia adelante):
    • Ejercicio:
      • Estando el niño boca abajo cogerlo por los tobillos y elevarlo unos 20 cm, tenerlo en esta posición unos segundos
      • Volver a la posición inicial para que apoye los brazos. Si no lo hace, ayudarle a colocarlos. Reforzar
  8.   Carretilla:( finalidad fortalecer los músculos del pecho y espalda)
    • Ejercicio:
      • Estando el niño boca abajo, levantarlo sujetándole por los muslos y haciendo que se apoye sobre sus brazos.
      • A continuación, incitarle a que se desplace utilizando solamente sus manos.
  9. Arrastre (finalidad: desplazamiento boca abajo):
    • Ejercicio: estando el niño boca abajo, ponerle un juguete fuera de su alcance y animarle a cogerlo. Ayudarle, flexionándole una pierna y dándole un apoyo firme en el otro pie. Ir retirándole la ayuda progresivamente.
  10. Pasar de boca abajo a sentado (finalidad: sentarse sin apoyo ni ayuda):
    • Ejercicio:
      • El niño está boca abajo delante del adulto. Animarle a que se apoye en sus brazos.
      • Agarrarle su hombro izquierdo con la mano izquierda y colocar la mano derecha en su cadera derecha. Hacerle girar de lado tirando en nuestra dirección del hombro del niño.
      • Al mismo tiempo, empuje hacia abajo con la mano que está en la cadera del niño (que será del mismo lado que el hombro que está agarrando) hasta que el niño quede sentado. Reforzar intentos.
  11. Pasar de boca arriba a sentado (finalidad: sentarse sin apoyo ni ayuda):
    • Ejercicio:
      • Estando el niño boca arriba con las piernas extendidas.
      • Sujetarle las piernas con una mano e incitarle a sentarse, levantándolo ligeramente de un hombro, y rotando su cuerpo hacia el otro lado, haciendo que apoye la mano de este lado para que haga un esfuerzo por enderezarse y sentarse.Reforzar los intentos.
  12. Pasar de sentado a boca abajo (finalidad: pasar de sentado a boca abajo)
    • Ejercicio: Estando el niño sentado, animarle a pasarse boca abajo ofreciéndole un juguete de su agrado. Para ello, doblarle las piernas hacia un lado e incitarle a coger el juguete hasta que quede en posición boca abajo.
  13. A cuatro patas (finalidad: mantenerse en posición de gateo):
    • Ejercicio: colocar al niño en posición de gateo, Cuando sea capaz de permanecer en esta posición, impulsar su cuerpo provocando balanceos para conseguir el apoyo alternativo en manos y rodillas.
  14. Gateo (finalidad: fortalecimiento muscular, coordinación de movimientos y desplazamiento):
    • Ejercicio: estando el niño en posición de gateo, animarle a desplazarse ofreciéndole un juguete de su agrado. Si no lo hace, ayudarle colocándole un brazo hacia adelante y empujándole por detrás en la pierna opuesta a la altura de las rodillas.


    • Gateo sobre cojines (finalidad: fortalecimiento muscular y coordinación de movimientos):
      • Ejercicio: cuando sea capaz de desplazarse gateando sin dificultad, colocar cojines de diferentes tamaños o una colchoneta. Animarle a subir a los cojines o colchoneta gateando.
    • De pie con apoyo (finalidad: mantener en posición de pie)
      • Ejercicio: poner al niño de pie, apoyado en un mueble todo el tiempo que resista sin cansarse, ir aumentando progresivamente el tiempo segúnsus posibilidades.
    • De rodillas con apoyo (finalidad: soportar su peso):
      • Ejercicio: intentar que el niño se sostenga, unos segundos de rodillas sujeto a un mueble o cogido de ambas manos.
    • De pie agarrado con una mano (adquirir equilibrio en posición de pie):
      • Ejercicio: estando el niño de pie, agarrado a un mueble, ofrecerle un juguete que le guste de forma que tenga que liberar una mano para cogerlo.
    • Andar cogido por las caderas (finalidad: deambulación):
      • Ejercicio: poner al niño de pie, cogerlo por las caderas y provocarle pasos con movimientos alternativos de las caderas. Reforzar.
    • Coger objetos del suelo (finalidad: equilibrio y control del

      propio cuerpo en posición de pie):
      • Ejercicio: Estando el niño de pie, sujeto a un mueble, colocar un juguete de su agrado en el suelo para que se agache a cogerlo. Empezar con juguetes altos e ir disminuyendo la altura de éstos a medida que disminuyan sus dificultades. Reforzar sus intentos.
    • Reflejo de apoyo posterior (finalidad: protegerse ante una caída de espaldas):
      • Ejercicio: estando el niño sentado sobre una superficie dura, empujarle hacia atrás para que apoye una mano para no caerse. Si no lo hace, ayudarle colocándoselas. Poco a poco ir retirando la ayuda. Reforzarsus intentos.
    • Dar pasos agarrado a un mueble (Finalidad: deambulación):
      • Ejercicio: Con el niño de pie, sujeto a un mueble, colocarle un juguete fuera de su alcance de forma que tenga que da un paso para cogerlo. Aumentar progresivamente el número de pasos según las posibilidades del niño.
    • Dar pasos cogido por las axilas (finalidad: deambulación):
      • Ejercicio: Poner al niño de pie. Cogerlo por las axilas y animarle a dar pasos. Para ello elevarle ligeramente por una axila, para que libere el pie de ese lado mientras se apoya en el otro. A continuación, hacer lo mismo con la otra axila. Reforzar sus intentos.
    • Dar pasos cogidos de la mano (finalidad: deambulación):
      • Ejercicio: Animar al niño a dar pasos, colocándonos agachados enfrente del niño, y cogiéndole de ambas manos. Las manos no han de sobresalir del nivel de los hombros.
    • Dar pasos de un mueble a otro (Finalidad: deambulación):
      • Ejercicio: Poner dos muebles ligeramente separados, colocar al niño cogido a uno de ellos y mostrarle un juguete de su agrado en el otro, animándole a cogerlo. Ir separando progresivamente la distancia entre ambos muebles. Reforzar.

    ÁREA MOTORA FINA


    1. Golpeteo vertical (finalidad: coordinación de los movimientos de ambas manos):
      • Ejercicio: Darle un objeto al niño y enseñarle a golpear con él sobre una superficie dura. La superficie debe estar en sentido horizontal y el golpeteo debe ser de arriba a abajo (vertical):
    2. Coger dos objetos (finalidad: manipulación simultánea con ambas manos):
      • Ejercicio: ofrecer un juguete, a continuación, ofrecerle el otro juguete, intentando que sostenga los dos al mismo tiempo, uno en cada mano.
    3. Pinza digital (finalidad: desarrollo de la motricidad fina):
      • Ejercicio: Ofrecerle canicas, botones, bolitas... para que las coja con los dedos índice y pulgar. Ayudarle si es necesario, cerrándole el resto de la mano. Reforzar sus intentos.
    4. Golpeteo horizontal (finalidad: coordinación de los movimientos de ambas manos):
      • Ejercicio: darle dos objetos, uno en cada mano y enseñarle a golpear uno contra otro, en sentido horizontal.
    5. Tocar el piano (finalidad: desarrollo de la motricidad fina):
      • Ejercicio: enseñarle a tocar el piano pequeño con el dedo índice.
    6. Tocar interruptores (finalidad: desarrollo de la motricidad fina):
      • Ejercicio: hacer que el niño apriete timbres, interruptores de la luz... con el dedo índice. Mantenerle el resto de la mano cerrada, si no puede hacerlo solo.
    7. Sacar objetos de un recipiente ancho (finalidad: coordinación visomanual):
      • Ejercicio: Sentar al niño, presentarle un juguete en un recipiente ancho y poco profundo. Animarle a sacarlo. Reforzar sus esfuerzos.
    8. Señalar con el dedo índice (finalidad: desarrollo de la motricidad fina):
      • Ejercicio: enseñarle a marcar números en el teléfono con el dedo índice.
    9. Sacar anillas grandes de un eje (finalidad: coordinación visomanual):
      • Ejercicio: Sentar al niño, mostrarle un eje con anillas grandes para ensartar y enseñarle a sacarlas una a una. Si no lo hace, inclinar ligeramente el eje y ayudarle, retirar poco a poco la ayuda hasta que lo haga solo, reforzar sus intentos.
    10. Meter objetos en un recipiente ancho (finalidad: coordinación visomanual):
      • Ejercicio: Sentar al niño, darle un objeto, dejárselo unos segundo. A continuación, persentarle un recipiente ancho y animarle a meterlo dentro, si es necesario ayudarle.
    11. Ensartar anillas grandes en un eje (Finalidad: coordinación visomanual):
      • Ejercicio: enseñar al niño a ensartar anillas grandes en un eje. Si es preciso, ayudarle llevándole en el movimiento, retirar la ayuda poco a poco hasta que lo haga solo, Reforzar.


    ÁREA PERCEPTIVO COGNITIVA

    1. BUSCAR OBJETOS CAIDOS (finalidad: tomar conciencia e que objeto sigue existiendo, aunque no lo vea):
      • Ejercicio: Siente al niño sobre sus rodillas ante una mesa, mueva despacio una cucharilla sobre la mesa y dejala caer al suelo, para ver si el niño sigue el movimiento de la cuchara con su mirada y busca en la dirección en la que ha caído. Si no lo hace, ayudarle guiándole su cabeza hacia el lugar correcto. Reforzar.
    2. Tirar de un cordón para alcanzar un juguete (finalidad: utilización de intermediarios)
      • Ejercicio: colocar un juguete ataco a una cita fuera del alcance del niño, pero de modo que el cordón quede cerca de su mano, y enseñarle a coger el juguete tirando de la cinta. Reforzar sus intentos.
    1. ENCONTRAR OBJETOS OCULTOS (finalidad:el objeto sigue existiendo aunque no esté ante su vista)
      • Ejercicio: Enseñarle un juguete de su agrado y escondérselo ante su vista bajo una caja. Animarle a levantar el recipiente para encontrar el juguete. Repetir lo mismo pero con un pañuelo.
    2. Imágenes (finalidad: percepción visual de colores y formas):
      • Ejercicio: enseñar al niño cuentos de dibujos sencillos y coloridos variados. Llamarle la atención acerca de las imágenes hablándole de ellas.


    ÁREA DE LENGUAJE


    1. Emisión de sonidos labiales y dentales (p,b,t,d,m) (finalidad: desarrollo del lenguaje expresivo):
      • Ejercicio:
        • Jugar a emitir con el niño, frente a frente, sonidos compuestos esencialmente por las vocales “a” y “e” y las consonantes dichas anteriormente.
        • Hacer el ejercicio anterior, pero con el niño y el adulto ante un espejo grande.
    2. Responder claramente a su nombre (finalidad: conocer su nombre):
      • Ejercicio: llamarle con frecuencia pronunciando su nombre para que vuelva la cabeza hacia la persona que lo llama. Si no lo hace girarle hasta que poco a poco lo haga solo. Reforzarle.
    3. Una prohibición (finalidad: desarrollo del lenguaje comprensivo):
      • Ejercicio: cuando el niño realice algo inadecuado decirle un “no” rotundo al mismo tiempo que se le detiene en lo que hace.
    4. Instrucciones sencillas (finalidad: desarrollo del lenguaje comprensivo):
      • Ejercicio: darle órdenes sencillas del tipo “di adios”... para que las realice.
    5. Conocer el significado de “papá” y “mamá” (finalidad: desarrollo del lenguaje comprensivo):
      • Ejercicio: preguntarle al niño: “¿dónde está mamá?” si no mira, volver su cabeza hacia el sitio correcto. Hacer lo mismo con papá.
    6. Llamar a “papá” y “mamá” (finalidad: desarrollo del lenguaje expresivo):
      • Ejercicio: Preguntarle al niño “¿quién está aquí?” señalando a la persona. Decir “mamá”. Repetir la pregunta y animarle a responder el. Hacer lo mismo con papá.
    7. Preguntarle por objetos muy conocidos (finalidad: desarrollo del lenguaje comprensivo).
      • Ejercicio: Hacerle preguntas del tipo “¿dónde está la...(nombrar el objeto)?”. Siempre ha de estar el objeto que se le pide que busque, cerca de él. Si no lo hace, girar su cabeza hacia el sitio correcto.
    8. Responder a “dame” (finalidad: comprensión):
      • Ejercicio: darle un juguete al niño, dejárselo unos segundos en su mano. A continuación, decirle “dame”. Si no lo hace, ayudarle a que lo deje en nuestra mano. Reforzar sus esfuerzos.
    9. Imitar el sonido de un coche (finalidad: imitación y desarrollo del lenguaje expresivo):
      • Ejercicio: Darle un coche de juguete y enseñarle a imitar su ruido. Exagerar el movimiento de los labios. Reforzar sus respuestas.
    10. Imitar los sonidos de los animales (finalidad: imitación y desarrollo del lenguaje expresivo):
      • Ejercicio: mostrarle láminas sencillas de animales conocidos y enseñarle a imitar sus sonidos. Reforzar sus respuestas.



    ÁREA SOCIAL:


    1. Participar en los juegos de escondite (finalidad: iniciación en el juego participativo):
      • Ejercicio:
        • Ponerse niño y adulto frente a frente, coger un pañuelo y colocarlo sobre vuestra cabeza, animarle a que nos lo quite.
        • Hacer lo mismo pero tapando la cabeza del niño.
        • Jugar con el niño al escondite, escondiéndonos y volviendo a aparecer. Reforzar el intento de búsqueda por parte del niño.
    2. Masticación (finalidad: hábitos alimenticios y preparación del aparato fonador del lenguaje):
      • Ejercicio: Darle alimentos cada vez menos triturados para que vaya realizando movimientos de mascado. Proporcionarle alimentos duros: zanahorias, galletas, pan duro... para que muerda.
    3. Imitar movimientos de adultos (finalidad: desarrollo de la imitación gestual):
      • Ejercicio: colocarse niño y adulto frente a un espejo. Enseñarle a imitar movimientos de cabeza en sentido horizontal al mismo tiempo que se dice “no” y en sentido vertical, diciéndole “si”. Asimismo enseñarle a imitar “palmitas” y “adios”.
    4. Ayudo en mis comidas (finalidad: iniciar al niño en la autonomía en las comidas):
      • Ejercicio:
        • Usar el vaso con ayuda: poner el vaso entre sus manos y decirle “bebe”. Le ayudamos a que se lo lleve a la boca. Poco a poco le retiramos la ayuda.
        • Darle pan o galletas en la mano y enseñarle a comérselas. Al principio, ayudarle si es preciso, dirigiéndole la manos hasta su boca. Poco a poco ir retirando la ayuda. Reforzar sus respuestas.
    5. Ayudar a vestirse (finalidad: iniciarlo en el vestirse y desnudarse):
      • Ejercicios:
        • Cuando se vaya a vestir, antes de ponerle el pantalón “mete el pie”. Reforzar el intento de acercar el pie a la ropa. Hacer lo mismo con la manos y otras prendas de vestir.
        • Cuando se le vaya a desnudar, decirle “saca la mano” o “pie” según la ropa que sea. Reforzar su colaboración.
    6. Juego cooperativo con la pelota (finalidad: iniciarlo en el juego cooperativo):
      • Ejercicio: sentarse niño y adulto frente a frente y jugar a lanzarse la pelota uno a otro. Si el niño no participa, colocarse otro adulto detrás del niño y ayudarle guiando su manos. Reforzar sus esfuerzos.



    Dra, ZORAYA PEÑA
    PEDIATRA


    lunes, 3 de agosto de 2015

    El estrés en los niños

    El estrés en los niños



    En esta oportunidad les comparto este interesante articulomuy actual y que muchas vecespasa desapercibido porque pensamos que nuestros niños no se estresan.

    ¿Qué observar, cómo detectarlo, qué hacer?

    En una consulta de crianza unos papás comentaban A mi hijo últimamente todo le molesta, se irrita ante cualquier situación que no le gusta o algo que no le sale y estamos muy preocupados. ¿Qué podemos hacer?



    Y esta pregunta me lleva a reflexionar junto a Uds. acerca de si esa es o no una forma de manifestación del estrés en los niños.

    Para lo cual es necesario definir primero que se entiende por estrés. Y qué señales nos dan para darnos cuenta.

    Los bebes y los niños pueden sufrir estrés.




    El estrés es una respuesta automática y natural del cuerpo y las emociones ante una experiencia o situación que produce sorpresa, miedo o amenaza.
    También puede pensarse como una forma de  reacción ante algo que desborda los limites habituales de tolerancia, por ejemplo, (exceso de actividades, de estudio, falta de sueño o de ocio-descanso, algún hecho traumático)"




    La característica particular que convierte a un hecho ocasional en una situación de estrés es su permanencia en el tiempo.

    Por eso es necesario diferenciar una situación o una crisis natural producto de un hecho puntual agudo y concreto de un estado  más estable.



    Un niño puede alterarse y tener una reacción desmedida frente a algo imprevisible, por ejemplo un golpe o caída, un grito, una actividad especial que esté haciendo o una vivencia desagradable que le toco presenciar. Pero si comienza a formarparte de su cotidianeidad reaccionar con tanta intensidad pasa de ser una conducta  de alerta, protección o resguardo  a un estado que le produce malestar permanente. Siempre un cambio abrupto implica una adaptación y tiempo.



    Deben ser tenidas en cuenta en los niños estas expresiones corporales y de conducta dado que están llenas de sentido. Nos hablan, y son más comunes de lo que pensamos.

    Pero así como el estrés puede manifestarse de forma explosiva también hay que estar atento a niños que se 'meten para adentro' y se los nota inseguros y vulnerables. Ellos también pueden estar padeciéndolo.



    Algunos pautas para poder observar al niño

    -Está irritable.

    -No quiere comer.

    -Le duele la cabeza.

    -Esta distraído en la escuela.

    -Siempre tiene alguna dolencia o malestar físico.

    -No se concentra mientras hace la tarea.

    -Tiene un enojo permanente  y poca tolerancia a los límites

    -Perdió el interés por una actividad que antes le gustaba mucho.

    -Duerme mal.

    -Episodios reiterados de furia o agresividad.

    -No juega, está triste.

    Estas son algunas de las primeras conductas que pueden variar en la vida cotidiana de un bebé y de un niño cuando suponemos que esta atravesando un momento o período de tensión o estrés excesivo.



    ¿Y que hacer?

    Primero preguntarme como adulto qué puede estar pasándole y pasando en casa o la escuela y luego preguntarle al niño según su edad, si hay algo que lo está preocupando, si lo podemos ayudar o si sucedió algún hecho que nos quiera comentar que lo tiene así.

    Por qué cree que se esta sintiendo así o según el caso plantear lo que nosotros observamos que cambió. Y ver qué nos responde. Cuál es su reacción.

    Este es un buen primer paso para iniciar la búsqueda de respuestas.

    Luego se verá si se puede resolver fácilmente o es necesario consultar a un especialista.

    Algunos niños tan solo necesitan la presencia y cercanía de sus padres, otros un contacto más estrecho cuerpo a cuerpo, tal vez algunos desean estar solitos.

    El punto está que aunque estén solos e su cuarto, sepan que estamos allí, incondicionalmente por si nos necesitan. Y respetar su estado emocional de ese momento.




    ¿Exigencias múltiples, poco descanso, personalidad, demanda de atención?

    ¿A quién o a qué atribuirle llegar a esto?
    Lo importante es no buscar culpas sino poder responder esta pregunta con responsabilidad.

    Poder revisar hábitos y rutinas familiares para detectar cuál puede ser el origen de que el niño se comporte así.

    Es clave ver si hubo algún cambio o una nueva situación dentro de casa  o en el jardín de infantes o escuela,que pudo haberlo alterado.

    Por lo general la manera de expresar los afectos en los niños es bastante original, propia y genuina.

    No siempre, por la edad o su posibilidad de hablar lo expresan claramente con palabras.Pero siempre nos dan alguna señal que si se estamos atentos podemos detectarla a tiempo.

    ¿Cómo ayudarlos?

    A veces es necesario  una consulta  que brinde orientación "a la familia y  a la escuela"  para visualizar  qué necesita el niño; revisar si es la institución adecuada para él, darle más tiempo para hacer las cosas,  para adaptarse a los cambios y que cuente con una mayor disponibilidad de su mamá y su papá también  ayudará.

    En las consultas de crianza y en los encuentros con padres fui viendo diferentes situaciones de la vida que afectan a los niños en mayor medida de lo que suponemos.



    Algunas situaciones que pueden producir estrés infantil.

    -Cambios de escuela

    -Mudanza.

    -Nacimiento de un hermano.

    -Separación de sus padres o peleas reiteradas en su presencia.

    -Violencia psíquica o física  sobre sí o sobre algún miembro de la familia.

    -Una operación no programada  ni comunicada con anticipación.

    -Viaje de alguno de los padres.

    -Enfermedad o pérdida  de algún familiar cercano (abuelos, tíos) etc.

    -Exceso de actividades y/o responsabilidades

    -Agenda completa y poco tiempo libre

    -Mal clima familiar (discusiones)

    -Momentos prolongados de soledad

    -Sentirse molestado por niños mayores

    -Tardar mucho en realizar una tarea o lograr algo.

    -Sentirse humillado o ridiculizado en clase.

    -Peleas entre los padres e su presencia.

    -Situación de examen

    - La entrega de boletines e informes en casa.

    -Pérdida o rotura de objetos a repetición.

    -Característica física que lo moleste (usar antejos por ejemplo)

    -Realizar alguna actividad frente a un público que lo mira y escucha (acto escolar.



    Cuando comienzan la escuela

    Si el niño se encuentra estresado, lo que primero aparece generalmente son dificultades en el rendimiento escolar, alrededor de los 6 años. Tal vez la autoexigencia y las expectativas que se tienen de ese momento ayudan a que lo sienta.

    "Ser un buen alumno no es equivalente a ser buen hijo", y los  papás y mamás podemos preguntarnos cómo le estamos pidiendo a nuestro hijos que aprendan. Si somos muy exigentes o no.

    Siempre hay que considerar que "cada caso e hijo es único y diferente: "Lo primero que hay que revisar son las rutinas y hábitos del niño; evaluar si está sobrecargado, si pese a llevar una aparente vida tranquila todo le demanda mucha energía y exigencia".

    -Observar las respuestas frente a las frustraciones y el manejo de las mismas.

    -Es recomendable prestar atención si el niño está dudoso en seguir haciendo las cosas que hacía antes y a veces disfrutaba.

    -Ayudarlos a anticipar aquellas situaciones potencialmente estresantes que si uno conoce a su hijo puede detectar y prevenir:

    -Darle pautas para poder pedir ayuda cuando se sienten en una situación que no pueden manejar.

    -Que puedan confiar en el adulto de referencia. Padre, madre, docente, abuelos.

    -Ayudarlos a expresar su malestar y no guardárselo por temor o miedo a la respuesta del otro no me gusta esto prefiero no hacer tal cosa, lo voy a pensar y veo, trataré de hacerlo.

    -Ayudarlos a reconocer, poner en palabras, y transmitir lo que sienten claramente para que el otro lo comprenda.

    Y no sentirse así presionados a responder reactivamente a todo.



    Cada bebé y cada niño con su historia y su particularidad para expresarse y nos mostrará qué necesita.

    Estando atentos  podemos ayudarlo a superar o reparar estas posibles situaciones sin que le lleguen a producir estrés ni daño a largo plazo y puedan vivir su infancia de la mejor manera.

    Y muchas veces  un síntoma de estrés, como la irritabilidad permanente  puede ser una señal para descubrir si algún sentimiento de tristeza no ha podido ser detectado o expresado  correctamente por el niño en el momento que lo sintió y lo muestra transformado este, en un constante  estado de enojo e insatisfacción.

    Siempre es bueno prestarle palabras para nombrar aquello que le pasa.

    Las palabras sanan, calman, acompañan y ayudan a transformar una situación inestable, extraña que a veces nos sobrepasa en algo real, y posible de ser superado por el niño y toda su familia.









    Lic. Alejandra Libenson

    Psicóloga y Psicopedagoga

    Especialista en Educación, Crianza e Infancia

    Autora del libro "Criando hijos, Creando personas"

    http://www.tudiscoverykids.com/padres/articulos/el-estres-en-los-ninos/

    viernes, 31 de julio de 2015

    "Cada órgano dañado responde a un sentimiento"


    "Cada órgano dañado responde a un sentimiento"
    Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica



    Emociones

    Las enfermedades son una tentativa de autocuración, una reacción biológica de supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con las emociones y los pensamientos. Junto al doctor Philippe Levy, Flèche creó nuevos protocolos para organizar un método de diagnóstico original emocional y una nueva forma de terapia breve que busca en las emociones el origen y la solución a las enfermedades. Tiene publicados 17 libros sobre la descodificación biológica, cuatro de ellos traducidos al español. El cuerpo como herramienta de curación (Obelisco) ha vendido tres ediciones




    El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
     Yo era enfermero en un hospital de Normandía y observe que pacientes con la misma enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de manera muy di#7;ferente.

    Bueno, cada uno es cada cual...
     Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución interior.

    ¿Eso es para usted la enfermedad?
     Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su propia función, es decir, atrapar oxígeno, alimentos... Si el cuerpo quiere comer, pero en el exterior hay guerra y no lo consigue en un plazo razonable, se produce un shock.

    ¿Nace el conflicto?
     Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma, que es una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a ese shock vivido. En ese caso, el miedo a morir de inanición atacaría el hígado.

    Póngame otro ejemplo.
     Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.

    Pero tener prisa es psicológico.
     Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica.

    ¿Y provoca un síntoma?
     Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De manera que si escuchamos algo muy desagradable que nos afecta podemos tener acidez de estómago. Y hay algo muy importante que tener en cuenta.

    Dígame.
     El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea de un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En función del sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el escáner, a un órgano y a una realidad energética.

    ¿Realidad energética?
     Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro niveles biológicos.

    ¿Y es irreversible?
     Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles sanan simultáneamente. Una paciente tenía dolor en el hombro. "¿Desde cuándo?", le pregunté. "La primera vez estabas sola con mis hijos" "Si estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?" "Mi marido que nunca está, yo necesito estar arropada". Cuando lo reconoció, el dolor desapareció.

    A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras necesidades fundamentales.
    Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se libera en el exterior bajo una forma artística, a través de la palabra, el baile o los sueños... todo va bien. Cuando el acontecimiento no está expresado, queda impreso y el cuerpo será el último teatro de ese evento.

    ¿Todo conflicto provoca enfermedad?
     No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.

    ¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo?
     Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para las mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a problemas con los hijos y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y hombro derechos corresponden para las diestras a problemas con la pareja y viceversa.

    ¿Estómago e intestino?
     No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene corresponde al duodeno y estómago. El colon corresponde a un conflicto asqueroso, podrido. En el recto están los problemas de identidad: "No me respetan y me dejan de lado". Los riñones es la pérdida de puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de desvalorización...

    ¿Lo adecuado para estar sano?
     Revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son emociones procuradas: fútbol, cine... Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por dos.

    La ira y la violencia se expresan a sus anchas.
     Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su mujer. Cuando estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos con la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que tengo es miedo", su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo.





      http://www.lavanguardia.com/lacontra/20110530/54163306905/cada-organo-danado-responde-a-un-sentimiento.html

    jueves, 30 de julio de 2015

    SHIATSU INFANTIL

    SHIATSU INFANTIL

    Es una técnica proveniente de Japón quemantiene que el cuerpo humano está surcado pordoce canales principales conductoresde la energía que conectan distintas partes del mismo,sistemas sensoriales, órganos y emociones y que se basa en la digitopresión. La energía vital, el ki, fluye a través de esos canales y enuna persona sana y que se encuentra bien lo hace sin problemas. En cambio, si tiene mucho estrés o está enferma, seestanca. El terapeuta toca con los dedos o las palmas determinados puntos deesos canales, conocidos como meridianos, para lograr equilibrar la energía yconseguir que esta fluya.

    El SHIATSU viene a ser unrecurso conocido como “terapiasalternativas” o “complementarias”, como la fisioterapia respiratoria, el reiki o la quiropráctica, estáncada vez más de moda entre los padres que pretenden tratar a sus hijos conmétodos más “naturales”. Sus siglos de experiencia y lostestimonios de quienes las han empleado son su mejor aval.

    Los masajes shiatsu sonuna excelente manera de estimular a los niños pequeños y bebés recién nacidos,pues restauran el equilibrio perdido tras el proceso del parto lo que facilita la transición desdeel interior del útero al exterior. Al hacerlo directamente sobre la piel condiferentes aceites esenciales (para no dañar su capa dérmica) suaviza laslíneas de energía y libera las zonas bloqueadas al hacer presión suavementesobre diferentes áreas del organismo.

    Realizando masajes shiatsu a tu bebémejorarás el vínculo con él y además continuarás la estimulación que tu hijosentía dentro del útero. También promoverás y mantendrás en perfecto estado lasalud del bebé.

    Los masajes shiatsu nosolo tonificarán la piel y los músculos, sino también promoverán el buenfuncionamiento de los órganos internos por medio de la estimulación dediferentes puntos de acupuntura. En conclusión, los masajes shiatsuson similares a la práctica de la acupuntura pero sin la utilización de agujas.

    El masaje SHIATSU puede ayudar a tu bebécon los trastornos del sueño, para lograr que tu niño duerma más horas sininterrupciones y en el caso de denticiones difíciles y dolorosas. Además podrásayudarlo en caso de estreñimiento o dolorosos cólicos estomacales y también enlos problemas cutáneos como las erupciones y dermatitis.

    También mejorarás el tono muscular y lasfunciones de las articulaciones previamente a que tu niño comience a sentarse,a gatear e inclusive a caminar.



    Cuando los niños recibenmasaje, se sienten reconocidos y aceptados, y con ello aumenta la autoestima yla seguridad, al tiempo que se fortalecen los lazos afectivos, especialmentecuando son realizados por sus padres, con un sentimiento íntimamente profundo yverdadero.
    Existen múltiples razonesy beneficios que le hacen ser un método confiable que contribuye al desarrollo,crecimiento y bienestar del niño, de una manera natural y segura.

    Beneficios:Bienestar emocional
    Crecimiento saludable
    Buen desarrollo mental y cognitivo
    Refuerzo de autoestima
    Restauración del equilibrio y la fuerza vital del cuerpo locual contribuye a calmar el sistema nervioso
    Refuerzo del sistema inmunológico
    Alivio de padecimiento y dolores.
    Dolencias comunes de la infancia que pueden tratarse con shiatsu: alergias, amigdalitis,enuresis nocturnas, estreñimiento, fiebre, gripe, insomnio, irritación, hipo,otitis, tos, vomito, asma, dolor de cabeza, irritación de la garganta, zumbidoen los oídos, congestión de las vías nasales, tortícolis, vértigo.

    Como planificar  una sesión deSHIATSU para mi bebe?
    Una sesión de masajes shiatsu para bebés,dura entre 20 y 30 minutos y puede ser individual o grupal de hasta cinconiños. Este tipo de masajes puede comenzar a hacerse desde el primer día denacido y es mucho más efectivo en aquellos bebés que aún no gatean o searrastran.
    Puede hacerlo el terapeuta entrenado o planificarel entrenamiento de sus padres para que puedan realizarlo en el hogar.

    El Shiatsu también es un recurso terapéuticoen niños enfermos, se ha utilizado en pacientes en unidades de cuidadosintensivos para mejorar  el estrés,dolor, así mismo se tiene experiencia en niños con trastornos de conducta.
    Para lograr un mejor efectotranquilizante o aumentar la concentración en caso de niños escolares se asociael masaje con aceites esenciales potenciando de forma sinérgica ambosbeneficios


    Prepararse para una sesión…
    Antes de empezar una sesión de shiatsucon tu bebé debes relajarte y serenarte interiormente. Además, es necesario quetengas las manos calientes. Quítate el reloj y anillos para evitar heridas.
    En cuanto a tu bebé, debe estar sano,comido y con el pañal limpio. Lo mejor es que le vistas con un body.
    No debes practicar shiatsu es lassiguientes ocasiones:
    ·        Si tu bebé no se siente bien.
    ·        Después de una vacuna, espera un par de días.
    ·        Si tiene fiebre.
    ·        Si está muy cansado.
    ·        Si ha perdido peso y no sabes por qué.
    ·        Si tiene mucho frío.
    ·        Si notas que no le gusta el shiatsu.
    Busca en casa un rincón tranquilo parala sesión. Una habitación con una temperatura agradable, silenciosa y cómoda.No hace falta ni música ni velas aromáticas.
    Necesitas una colchoneta, colchón omanta gruesa.
    Busca el momento idóneo, por ejemplo porlas mañanas después del desayuno o antes de acostarlo y practica los ejercicioscada día a la misma hora.
    Cuando todo esté listo, ya puedesempezar con los ejercicios adecuados para cada trimestre según la edad de tu pequeño.



    martes, 28 de julio de 2015

    Dengue Otros nombres: Fiebre hemorrágica del dengue

    Dengue Otros nombres: Fiebre hemorrágica del dengue


    Dengue
    Otros nombres: Fiebre hemorrágica del dengue

    El dengue es una infección causada por un virus. Usted puede infectarse si un mosquito infectado lo pica. El dengue no se transmite de persona a persona. Es común en las zonas cálidas y húmedas del mundo. Los brotes pueden ocurrir en las épocas de lluvia. El dengue es raro en los Estados Unidos.
    Los síntomas incluyen fiebre alta, dolores de cabeza, dolor en las articulaciones y los músculos, vómitos y sarpullido. Algunas veces, el dengue se convierte en fiebre hemorrágica por dengue, que causa sangrado en la nariz, las encías o debajo de la piel. También puede convertirse en síndrome de shock por dengue que causa sangrado masivo. Estas formas de dengue ponen la vida en peligro.
    No hay un tratamiento específico. La mayoría de las personas con dengue se recupera al cabo de dos semanas. Hasta entonces, ingerir abundantes líquidos, reposar y tomar medicamentos contra la fiebre, distintos a la aspirina, pueden ser de ayuda. Las personas con las formas más peligrosas de dengue generalmente necesitan ir al hospital y recibir líquidos.
    Para disminuir el riesgo, cuando viaje a países donde hay dengue:
    • Utilice repelentes para insectos que tengan DEET
    • Utilice ropa que le cubra los brazos, las piernas y los pies
    • Cierre las puertas y ventanas que no tengan telas protectoras
    NIH: Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas


    Protégete y protege a tu bebé del dengue

    Evita las picadas de mosquito durante el embarazo para prevenir el dengue en tu bebé recién nacido
     • El dengue se transmite por la picada del mosquito Aedes aegypti infectado por el virus.
    • Una mujer embarazada infectada con dengue puede transmitir el virus al bebé en su vientre o a su bebé recién nacido. » Las consecuencias de una infección por el virus del dengue pueden incluir muerte del bebé en gestación, bajo peso del bebé al nacer y parto prematuro. » Si una mujer embarazada tiene dengue al momento del parto, su bebé puede contraer el dengue en las primeras dos semanas de vida.
    • Para prevenir el dengue durante el embarazo: » Usa repelente de mosquitos que tenga hasta un 50% de DEET, picaridín, IR3535 o aceite de eucalipto limón durante el embarazo. Siempre lee y sigue las instrucciones del envase. » Viste ropa de algodón suelta que cubra tus brazos y piernas.

     Protege a tu bebé contra el dengue. Los bebés de 4 a 12 meses de edad tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente de dengue
     • Cubre su cuna, corral, coche y asiento de seguridad con un mosquitero todo el tiempo, de día y noche, tanto adentro como fuera del hogar.
     • En bebés mayores de 2 meses de edad, usa repelente que tenga hasta un 30% de DEET, picaridín o IR3535. Ejemplos de productos con estos ingredientes son: Of!, Cutter, Skin So Soft Bug Guard Plus y Repel. Siempre lee y sigue las instrucciones en el envase.
     • No uses repelentes en bebés menores de 2 meses de edad.
    • Viste a tu bebé con ropa de algodón suelta que cubra sus brazos y piernas.


    Cómo saber si tú tienes dengue El dengue comienza con los siguientes síntomas:
    • Fiebre (de 38 grados Centígrados o 100.4 grados Fahrenheit o más).
     • Dolor de cabeza fuerte.
    • Dolor en los ojos, especialmente en la parte de atrás o al moverlos.
    • Dolor en los músculos, las coyunturas y los huesos.
    • Erupción de la piel (rash).
     • Sangrado leve, especialmente en la nariz y las encías.

    Es difícil reconocer los síntomas del dengue en un bebé. Pero, está pendiente de los siguientes signos en tu bebé:
    • Fiebre (de 38 grados Centígrados o 100.4 grados Fahrenheit o más) O temperatura baja (por debajo de 36 grados Celsius o 96.8 grados Fahrenheit),
    • Se torna irritable, demasiado agitado, soñoliento o no quiere comer,
    • Erupción de la piel (rash).

    Visita al médico inmediatamente si tú o tu bebé tiene cualquiera de los síntomas
    anteriores Para más información sobre repelentes, comunícate con el Centro Nacional de Información sobre Pesticidas (NPIC, National Pesticide Information Center) llamando al 1-800-858-7378 o por Internet en http://npic.orst.edu/ Para información general sobre el dengue, comunícate con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) llamando al 1-800-232-4636.



    lunes, 27 de julio de 2015

    FIEBRE EN PEDIATRIA

    ¿Qué es la fiebre?
    La fiebre se produce cuando el “termostato” interno del cuerpo aumenta la temperatura corporal por encima de su nivel normal. Este termostato se encuentra en la parte del cerebro denominada hipotálamo. El hipotálamo sabe qué temperatura debe tener el cuerpo (en general, alrededor de los 98,6 grados Fahrenheit o 37 grados centígrados) y envía mensajes al cuerpo para mantenerla así.
    La temperatura corporal de la mayoría de las personas varía incluso un poco a lo largo del día: suele ser un poco más baja por la mañana y un poco más alta por la tarde, y puede fluctuar cuando los niños corretean, juegan y hacen ejercicio.
    No obstante, a veces, el hipotálamo “reajusta” el cuerpo a una temperatura más alta como respuesta a una infección, enfermedad o algún otro motivo. Entonces, ¿por qué el hipotálamo ordena al cuerpo que varíe la temperatura? Los investigadores creen que el aumento de la temperatura es la forma que tiene el cuerpo de combatir los gérmenes que causan infecciones y de hacer que el cuerpo sea un lugar menos agradable para ellos.

    ¿Qué causa la fiebre?
    Es importante recordar que la fiebre en sí no es una enfermedad; la mayoría de las veces es síntoma de un problema subyacente. Las causas potenciales de la fiebre son las siguientes:
    Infección: La mayoría de las fiebres se deben a una infección u otra enfermedad. Al estimular los mecanismos naturales de defensa, la fiebre ayuda al cuerpo a combatir las infecciones.
    Exceso de ropa: Los bebés, en especial los recién nacidos, pueden tener fiebre si están demasiado abrigados o se encuentran en un ambiente caluroso, porque no son capaces de regular su temperatura corporal. Sin embargo, debido a que la fiebre puede ser indicio de una infección grave en los recién nacidos, incluso los bebés que han sido abrigados en exceso deben ser examinados por un médico si tienen fiebre.
    Inmunizaciones: Los bebés y los niños pueden presentar algo de fiebre después de haber sido vacunados.
    Aunque la dentición puede provocar un leve aumento de la temperatura corporal, es poco probable que sea la causa de que la temperatura de su hijo esté por encima de los 100 grados Fahrenheit (37,8 grados centígrados).
    ¿Cuándo la fiebre es síntoma de algo grave?
    En el pasado, los médicos aconsejaban tratar la fiebre sólo en función de la temperatura. Pero ahora recomiendan tener en cuenta tanto la temperatura como el estado general del niño.
    Los niños con una temperatura inferior a los 102 grados Fahrenheit (38,9 grados centígrados) no suelen necesitar medicación, a menos que se sientan molestos. Esta regla conlleva una importante excepción: si su bebé tiene 3 meses o menos y su temperatura rectal es de 100,4 grados Fahrenheit (38 grados centígrados) o más alta, llame al pediatra o acuda a la sala de urgencias. Incluso una fiebre leve puede ser síntoma de una posible infección grave en bebés muy pequeños.
    Si su hijo de entre 3 meses y 3 años tiene una fiebre de 102,2° Fahrenheit (39 grados centígrados) o más alta, llame al médico para corroborar si necesita que este profesional lo examine. En niños mayores, tenga en cuenta el comportamiento y nivel de actividad física. Al observar el comportamiento de su hijo, puede tener una idea de si la causa de la fiebre es una enfermedad de poca importancia o si necesita acudir a un médico.
    Es probable que la enfermedad no sea grave si su hijo presenta estas características:
    sigue queriendo jugar
    come y bebe bien
    está alerta y sonríe
    tiene la piel de color normal
    tiene buen aspecto cuando le baja la temperatura
    Y no se preocupe demasiado por un niño con fiebre que no quiere comer. Eso es común en infecciones que producen fiebre. Si el niño sigue bebiendo líquidos y orina normalmente, el hecho de que coma menos de lo habitual no es un problema.

    ¿Cómo sé si mi hijo tiene fiebre?
    Con un termómetro fiable, puede saber si su hijo tiene fiebre cuando su temperatura esté en alguno de los siguientes niveles:
    100,4 grados Fahrenheit (38 grados centígrados) medidos rectalmente (en el recto)
    99,5 grados Fahrenheit (37,5 grados centígrados) medidos oralmente (en la boca)
    99 grados Fahrenheit (37,2 grados centígrados) medidos en la axila (bajo el brazo)
    Pero el nivel de fiebre no es un muy buen indicador de cuán enfermo está su hijo. Un simple resfriado u otra infección viral pueden producir una fiebre bastante alta (entre los 102 y 104 grados Fahrenheit o de 38,9 a 40 grados centígrados), pero no suelen ser indicio de que el problema sea grave. Y las infecciones graves pueden no producir fiebre o incluso disminuir la temperatura corporal de modo anormal, sobre todo en niños pequeños.
    Puesto que la fiebre puede subir y bajar, un niño con fiebre puede tener escalofríos cuando la temperatura corporal comienza a subir y el cuerpo intenta generar más calor. Quizás el niño sude cuando la temperatura comienza a bajar y el cuerpo libera el calor extra.
    A veces, los niños con fiebre pueden respirar más rápido de lo normal y tener un ritmo cardíaco más elevado. Debería llamar al pediatra si su hijo tiene dificultad para respirar, o respira mucho más rápido de lo normal, o sigue respirando rápido cuando le baja la fiebre.

    Distintos tipos de termómetros
    Los termómetros digitales suelen medir la temperatura de manera más rápida y precisa. Vienen en muchos tamaños y formas, y están disponibles en la mayoría de los supermercados y farmacias, a varios precios. Aunque debería leer las instrucciones del fabricante a fin de determinar los métodos para los que está diseñado el termómetro, muchos termómetros digitales se usan para las siguientes modalidades de medición de temperatura:
    oral (en la boca)
    rectal (en el recto)
    axilar (bajo el brazo)
    Los termómetros digitales suelen tener una sonda flexible de plástico con un sensor de temperatura en un extremo y un indicador digital fácil de leer en el otro.

    Los termómetros electrónicos de oído miden la temperatura timpánica: la temperatura en el interior del conducto auditivo. Aunque son rápidos, precisos y fáciles de usar en niños mayores, los termómetros electrónicos de oído no resultan tan exactos como los digitales cuando se usan en bebés de menos de 3 meses, y son más caros.

    Los termómetros para la frente también pueden indicar si su hijo tiene fiebre, pero no son tan precisos como los digitales que toman la temperatura oral o rectal.

    Los termómetros de mercurio se usaban con frecuencia, pero la Academia Americana de Pediatría (AAP por su sigla en inglés) aconseja no utilizarlos por miedo a una posible exposición al mercurio, que es una toxina ambiental. (Si aún tiene un termómetro de mercurio, no lo tire a la basura porque el mercurio puede filtrarse. Pregunte al pediatra o al departamento de sanidad local cómo y dónde puede deshacerse de su termómetro de mercurio).

    Si su hijo es menor de 3 meses, usted obtendrá datos más precisos si mide la temperatura rectal con un termómetro digital. Los termómetros electrónicos de oído no son recomendables para bebés menores de 3 meses porque sus conductos auditivos suelen ser demasiado pequeños.
    Si su hijo tiene entre 3 meses y 4 años, usted puede utilizar un termómetro digital para medir la temperatura rectal o un termómetro electrónico de oído para medir la temperatura en el interior del conducto auditivo. También podría utilizar un termómetro digital para medir la temperatura axilar, aunque este método es menos preciso.
    Si su hijo tiene más de 4 años, usted puede utilizar un termómetro digital para medir la temperatura oral si su hijo coopera. Sin embargo, es posible que los niños que tosen con frecuencia o respiran por la boca porque tienen la nariz congestionada no sean capaces de mantener la boca cerrada el tiempo necesario para realizar una lectura oral exacta. En estos casos, puede usar el método timpánico (con un termómetro electrónico de oído) o el método axilar (con un termómetro digital).

    Cómo ayudar a que su hijo se sienta mejor
    Como ya dijimos, no todos los cuadros de fiebre requieren tratamiento. Y, en la mayoría de los casos, la fiebre sólo debe tratarse si causa malestar a su hijo. Éstos son algunos consejos para aliviar los síntomas que suelen acompañar la fiebre:
    Si su hijo está irritable o parece molesto, puede darle acetaminofeno o ibuprofeno según las recomendaciones que figuran en el envase de acuerdo con la edad o el peso. Si no sabe cuál es la dosis recomendada o si su hijo es menor de 2 años, llame al pediatra para averiguar qué cantidad debe darle. Recuerde que los medicamentos para la fiebre bajarán temporalmente la temperatura, pero no harán que vuelva a la normalidad; y no curarán la causa subyacente de la fiebre. (Nunca le dé aspirina a un niño porque esta droga está asociada al síndrome de Reye, una enfermedad poco común pero potencialmente mortal). Los bebés menores de 2 meses no deben recibir ninguna medicación para la fiebre sin la correspondiente evaluación de un médico. Si su hijo tiene algún problema de salud, consulte al pediatra para que le diga cuál es el mejor medicamento que puede darle.

    Bañe a su hijo con una esponja para que se sienta más cómodo y para ayudar a que le baje la fiebre. Utilice sólo agua tibia; el agua fría puede causar escalofríos, lo que suele aumentar la temperatura corporal. Nunca use alcohol (puede producir una intoxicación cuando la piel lo absorbe) o bolsas de hielo/baños fríos (pueden causar escalofríos, que aumentan la temperatura corporal).

    Vista a su hijo con ropa ligera y cúbralo con una sábana o una manta liviana. El exceso de ropa y abrigo puede evitar que el calor corporal se libere y provocar un aumento de temperatura.

    Asegúrese de que la temperatura de la habitación de su hijo sea placentera: ni muy caliente ni muy fría.

    Dé a su hijo mucho líquido para evitar la deshidratación; la fiebre provoca una rápida pérdida de líquidos. El agua, la sopa, las paletas heladas y la gelatina de sabores son buenas opciones. Evite las bebidas con cafeína, incluidos las gaseosas y el té, porque pueden aumentar la producción de orina.

    Si su hijo también tiene vómitos y/o diarrea, pregunte al pediatra si debe darle alguna solución hidratante especial para niños. Puede encontrar esta solución en farmacias y supermercados. No le dé bebidas energéticas; no están pensadas para niños pequeños, y los azúcares añadidos pueden empeorar la diarrea. Asimismo, limite el consumo de frutas y jugos de manzana.

    En general, deje que su hijo coma lo que quiera (en cantidades razonables), pero no lo obligue a comer si no tiene ganas.

    Asegúrese de que su hijo descanse mucho. No es necesario que pase todo el día en la cama, pero un niño enfermo debería tomarse las cosas con calma.

    Es mejor que el niño no vaya a la escuela o a la guardería si tiene fiebre. La mayoría de los médicos creen que se puede volver a la escuela cuando la temperatura ha sido normal durante 24 horas.
    ¿Cuándo debería llamar al pediatra?
    La temperatura exacta que debería motivar una llamada al médico depende de la edad del niño, la enfermedad y si el niño presenta otros síntomas además de la fiebre.
    Llame al pediatra en los siguientes casos:
    si tiene un bebé menor de 3 meses con una temperatura de 100,4 grados Fahrenheit (38 grados centígrados) o más
    si tiene un niño mayor con una temperatura superior a los 102,2 grados Fahrenheit (39 grados centígrados)
    Si un niño más grande tiene una fiebre inferior a los 102,2 grados Fahrenheit (39 grados centígrados), llame al médico si el niño también presenta los siguientes síntomas:
    rechaza los líquidos o parece demasiado enfermo como para beber
    tiene diarrea persistente o vómitos continuos
    presenta signos de deshidratación (orina menos de lo habitual, no tiene lágrimas cuando llora, está menos atento y activo de lo usual)
    presenta una dolencia específica (por ejemplo, dolor de garganta o de oído)
    lleva más de 24 horas con fiebre (si es un niño menor de 2 años) o 72 horas (si es mayor de 2 años)
    tiene fiebre recurrente, aunque sólo dure algunas horas todas las noches
    tiene una enfermedad crónica, como una afección cardíaca, cáncer, lupus o anemia depranocítica
    presenta una erupción
    tiene dolor al orinar
    Acuda a la sala de urgencias si su hijo presenta cualquiera de los siguientes síntomas:
    llanto inconsolable
    irritabilidad extrema
    aletargamiento o dificultad para estar despierto
    sarpullido o manchas moradas que parecen pequeños moretones en la piel (que no estaban antes de que su hijo se enfermara)
    labios, lengua y uñas azuladas
    zona blanda en la cabeza que parece una protuberancia o está hundida
    rigidez de cuello
    fuerte dolor de cabeza
    flacidez o negativa a moverse
    dificultad para respirar que no desaparece cuando se le descongestiona la nariz
    inclinación hacia delante y babeo
    convulsiones
    dolor abdominal
    Asimismo, pregunte al pediatra cuál es su criterio respecto a cuándo llamarlo en caso de fiebre.

    Fiebre: Algo común en la infancia
    Todos los niños tienen fiebre alguna vez y, en la mayoría de los casos, vuelven a su estado normal después de unos días. En bebés mayores y niños (pero no necesariamente en bebés menores de 3 meses), es más importante el comportamiento del niño que la lectura del termómetro. Todo el mundo está malhumorado cuando tiene fiebre. Es normal y es algo que debe esperarse.
    Pero si alguna vez tiene dudas sobre qué hacer o lo que puede significar esa fiebre, o si su hijo se enferma de forma preocupante aunque no tenga fiebre, llame a su pediatra para que lo asesore.

    http://kidshealth.org/parent/en_espanol/general/fever_esp.html#